lunes, 1 de junio de 2009

El Lector, de Bernhard Schink

(Sin tilde, hermanitas..., aparecio como flor de un dia, para volver a dejarme a dos velas)

Lo que mas me ha gustado de esta novela han sido los dos retratos que rememora la voz del narrador: el retrato introspectivo de si mismo y el de Hanna.
Vi la pelicula meses antes de la lectura del libro, y eso no se debe hacer, mejor esperar un par de años, la pelicula lleva consigo un guion fideligno de la historia literaria y eso siempre resta frescura.

Mas alla del debate moral que pueda provocar esta historia, esta la veraniega relacion erotica de los personajes, y la sazon añadida -que da titulo al libro- del tema literario: el placer, o necesidad, de escuchar historias.
Hay casualidades, es decir, a veces sucede, sobre todo cuando se tienen libros de diversa indole empezados en la mesilla. Es como si el azar se confabulara para unir el caos de las paginas en la mente de uno.
Yo termine El Lector hara casi un mes, mas o menos cuando comence El Cuento de Nunca Acabar, de Carmen Martin Gaite, cuya sabiduria e intuicion lectora y narradora rompe con cualquier manual de Narratologia. Es un libro serio: la autora no se limita a exhibir su experiencia lectora, es el resultado de muchos años de investigacion, lecturas y anotaciones. Sin embargo, se propone la amenidad del cuentacuentos, porque esa es su pasion, el arte de narrar, y quiere trasladar al lector esa fascinacion por el escuchar o leer y el narrar.
Lo mismo leo un capitulo de este precioso ensayo cada semana o cada cuatro dias, es de esas obras que uno quiere que le duren -Hace años leia yo Vida y Costumbre de las Hadas, un delicioso libraco cuya lectura me llevo casi dos años, tanto retardaba su lectura para prolongar el goce-. Alguien que ha escrito libros como La Reina de las Nieves, Nubosidad Variable o Entre Visillos sabe de lo que habla, creo que fue la mejor del fin de siglo, por encima de Rosa Regas, Lucia Etxebarria, y otros talentos que llegaron cuando ella se iba.
Esto viene a cuento porque en El Cuento de Nunca Acabar doña Carmen trata mucho el tema del escuchar historias, y de los motivos de esa fascinacion.
La cosa es asi: es como si, sin nadie con quien hablar y discutir sobre El Lector de Schlink, me viniera ella a llenarme esa carencia, a aportarme ese punto de vista.
Y he llegado a una conclusion: alguien tan atormentado y tozudo como el personaje de Hanna buscaba en las historias que le narraba el amante esa vida ajena a las obligaciones y ansiedades. Mas alla de la culpa, de los limites propios y de las murallas del afuera, yo te voy a mostrar un retiro donde es posible una absolucion.
Claro que el debate moral de la historia supera el medio siglo, Vencedores y Vencidos, ¿habeis visto la pelicula? En clase de Teoria del Derecho, en la Universidad, la vimos y la debatimos.
Quien es mi juez, ¿el que aplicaba las leyes entonces o el que las aplica hoy?
¿Hay una ley que este por encima de los codigos efimeros?
Me temo que ese debate, desde el momento del holocausto, no tendra nunca final, pese a toda la tinta que ha corrido desde entonces.
Pero esa es otra historia, una nausea que tratamos de curarnos aqui, en este retiro, jardin donde siempre tenemos la libertad de empezar desde cero, y soñar con plantar aqui claveles y alla sauces llorones.
Quiza no sepa juzgar, pero si puedo hacer desde ahora esta vida mas hermosa.
Lo que hicieron ellos en un pasado me salpica a mi y te salpica a ti. Mañana puede volver el caos de otro cancer fascista, y ni tu ni yo estamos absueltos de la culpa de un probable futuro.
Pero aqui y ahora puedes aliviarte de esa carga ancestral, no dudes que retornara. Es la teoria del eterno retorno, pero hay una teoria del eterno presente en la que, como lamas tibetanos, podemos repetir el mantra de "este es el mundo de la ilusion, este es el mundo de la ilusion, este es el mundo de la ilusion".
En El Lector hay dos historias, la judicial, llena de perplejidad, absurdo y horror; y la literaria (estrechamente unida a la erotica). Segun parece, y es una curiosidad, en Europa ha preocupado la historia moral, mientras que en Estados Unidos la polemica ha venido de la mano de la relacion de un adolescente con una treintañera.
A mi sin embargo me preocupaba la soledad de los dos personajes, sobre todo la de Hanna, tozuda y limitada por quien sabe que demonios ancestrales.
Y se volvia un angel cuando alguien le leia...
Quien toca mucho el tema de las casualidades -volviendo a ello-, es Paul Auster, con el que estoy tratando actualmente, de charleta los dos en el metro. Sin embargo no hay debate que valga con el, es un excelente contador de historias, El Palacio de la Luna me tiene enganchado, hoy me he recorrido casi en su totalidad la linea cinco del metro sin despegar los ojos. Es un buen contador de historias, y, como en el otro libro que lei de el, El Libro de las Ilusiones, la casualidad es la sazon de sus novelas. Sin embargo, segun dicen sus criticos, que fueron sus admiradores hace diez años, eso ya llega a aburrir, sobre todo en sus ultimas novelas. Juan Manuel de Prada, por ejemplo, que se ocupa de hacer critica en el ABCD de toda narracion americana que cruce el atlantico.
Es que hoy me ha sucedido una de esas casualidades austerianas, y no queria dejar de contartela, ¡oh, elocuente lectora o lector mio!
Despues de bajarme en Ciudad Lineal, borracho de lectura, y de tratar unos asuntos laborales con absurdo incluido del que he salido beneficiado, volviendo al metro un acordeonista estaba tocando una melodia querida por mi.
De entre todos los temas de jazz, hay uno que me gusta por la originalidad de su tratamiento, es el tema Domino, tocado por Roland Kirk con saxo tenor, flauta y sirena. El acordeonista de Ciudad Lineal lo tocaba, y yo quede ensimismado, intentando reconocer la melodia. Pero ultimamente habia vuelto a mi cabeza ese tema optimista y vital, gracias a que dias antes lo habia estado tatareando o silbando, lo reconoci. Asi que cogi una moneda de las gordas y la eche en la cajita de ese buen musico callejero. Como si asi quisiera empujar una pieza de domino que a su vez empujara a otra y esa a otra, como si de esa manera quisiera participar en una proposicion de la musica del azar, integrarme en la aventura de una hermosa melodia.
Resulta que por Kirk no esta ni en youtube ni en goear ni en imeem. Y es una pena porque la pieza merece la pena interpretada por el. De todas maneras, no hay mal que por bien no venga, de paso me he informado y resulta que es un tema que un tal Louis Ferrari compuso para acordeon. Y, entre otros, ha sido interpretado por una de las novias -o, mejor dicho, esposas-, de America. Doris Day:



Domino, Domino, you're an angel that heaven has sent me,
Domino, Domino, you're a devil designed to torment me,
When your heart must know that I love you so,
Tell me why, tell me why, why do you make me cry, Domino,

Domino, Domino, won't you tell me you'll never desert me?
Domino, Domino, if you stay I don't care how you hurt me,
Fate has made you so, you can't change, I know,
You can't change, though you try, but then neither can I, Domino,

Just one look in your eyes and I melt with desire,
Just a touch of your hands and I burst into fire,
And my whole world fills with music when I'm lost in your embrace,

But I know that you're fickle and I'm not misled,
Each attractive new face that you see turns your head,
And it scares me that tomorrow, someone else may take my place,

Domino, Domino, you're an angel that heaven has sent me,
Domino, Domino, you're a devil designed to torment me,
When your heart must know that I love you so,
Tell me why, tell me why, why do you make me cry, Domino,

Domino, Domino, I'll forgive anything that you do,
Domino, Domino, nothing matters if I have you.

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