Alguien tuvo que dar el primer paso y fueron tus piececitos desnudos
uñas de roja pasión de mi corazón -ya arañado, no fuiste tú la primera-
los que primero se acercaron en esta playa eterna antes del crepúsculo.
Nunca se hará de noche mientras nuestros tímidos pies jueguen.
Luego fui yo quien anduvo kilómetros a tu encuentro sagrado, sagrado encuentro
santuario playa eterna en la que rodeados de cuerpos desnudos lozanos
rodeados de arena y olas de furia y calma emocionales jugamos a piececitos.
Y aún sigo esperando un paso tuyo más -por cada paso tuyo yo recorreré cientos-
para subir de tus pies a tus rodillas morenas como los cardenales de mi corazón
-ya amoratado, no fuiste tú la primera-, de tus rodillas en otro paso tuyo
a tu vientre de sal sagrado y santuario y playa eterna, tu vientre sexo roto
puerta de arena y cuerpos desnudos puerta de mis emociones rotas
puerta de santuario playa eterna para que se adentren mis pies peregrinos a ser
destrozados en tu sexo roto como mi corazón -ya roto, no fuiste tú la primera-.
Mi corazón, roto de tanto querer arenas y cuerpos desnudos. Santuarios.
Mi corazón, roto de tanto amar, mejor que un corazón intacto y vacío
desierto sin cuerpos, sin arenas, sin olas, sin pies peregrinos ni pies de uñas rojas
jugando a piececitos jugando a piececitos jugando a piececitos jugando a piececitos
A mi gitana.
Aluche. Octubre del 2020.
Las canciones del desconfinamiento.