domingo, 24 de mayo de 2009

El Jardín de los Cerezos, de Chejov.

No sé si podré habituarme otra vez al uso de la tilde en mi portátil, ya hasta pienso sin tilde, que es como hablar para mí mismo sin acento, plano y sin cima.
A lo que nunca me acostumbraré es a ser un tipo con decisión, aunque tampoco lo intento.
Tengo varios libros leídos y por comentar, algunos post en borradores por publicar, un poema de Umbral que compartir con vosotros, oh, muchedumbre... Y ha fallecido el poeta Jose-Miguel Ullán, que fundó el suplemento Culturas en el añorado Diario 16, culpable quizá de este amor que tengo por los suplementos literarios, pues tenía yo como un tesoro una recopilación de este suplemento, que se hizo no recuerdo si por el décimo aniversario o por festejar el número mil.
Pero Mayo se escapa pronto, con bochorno y tormenta arrojados en su huída. Mayo, el mes de los cerezos, buen mes para leer El Jardín de los Cerezos de Chejov. Aunque, según me entero por ahí, mejor debería llamarse, en su traducción al castellano, El Jardín de los Guindos, ya que el Prunus Cerasus es más propio de esas zonas frías, y más dado a la elaboración culinaria que el Prunus Avium, cuyo fruto al ser dulce es idóneo para el consumo directo. Es decir, que aquí por esta época se comen cerezas, y que por allí son las guindas lo que consumen, más bien en salsas y confituras, como en esta obrilla chejoviana se supone que hacían antaño, en el antaño del momento de la acción de la obra, claro. Cuando tú ves un tarro con unas bolitas rojas como cojoncillos de demonio en alníbar, eso son guindas. Tenía yo un profesor cuando estudié para cocinero que, al añadir esas guindas en la macedonia de frutas, nos animaba a que nos las metiéramos por el culo, ya que eran muy buenas para lubricar.
Así que, con profesores así, yo sólo podía salir alcohólico -un setenta por ciento de los cocineros lo son- o literato. O ambas cosas. Como alcohólico no puedo ser por culpa de mi hipocondria he terminado más que literato, loco, a veces histriónico y a veces taciturno, como un personaje de la literatura rusa.
Los personajes de Chejov, al igual que los del gran Fiódor Mijáilovich Dostoyevski, se me antojan demasiado humanos, tanto que terminan siendo irreales, ya se sabe que los extremos se confunden. Además, no se llaman sólo como diga su ficha baustismal, tienen cuatrocientos nombres contando los diminutivos, que hasta los apellidos los tienen. Claro que exagero, pero es que estoy hablando de literatura rusa. Miguel Strogoff, de Julio Verne, es buena lectura para el que quiera leer algo de rusos sin tropezarse en este camino de piedras que son nombres y sus variaciones. (Pero, ¡ay!, Verne es un francesito, eso sí, universalísimo y clarividente, oiga). Claro, que luego uno termina por acostumbrarse en seguida, y cuando lee literatura de aquí con nombres planos como Don Juan o Inés o Sancho o Melibea pues echa algo en falta, como una complejidad de estepa y balalaika. Yo me suelo encariñar con estos nombres que son mil: Aleksei, Alyosha, Lyosha... Claro, que aquí un Franciso es un Paco, un Frank, un Curro. Pero nosotros no tenemos el patronímico que ellos sí tienen, además del nombre, el apellido y el diminutivo.
De Chejov había leído yo en un viaje de autobús un librito de piezas cortas de teatro. Luego se lo regalé a un amigo por su cumple, a uno de los siete akabaos que era actor y que ahora está por tierras de oriente currándose la entrada de un pisito. Todos los akabaos tenemos un arte, pero los cuatro más literarios nos hemos quedado solitos para darnos codazos en discusiones bizantinas.
Vayamos al grano, que divago que da gusto.
Este Viernes, después de la cena, me apoltrono y me zampo de un tirón esta obra, acompañado por los truenos y relámpagos que han venido a llevarse por fin el bochorno y el polen del día, para dar alivio a mi naricica roja.
Me gustan las tormentas, cuanto más ruidosas y espectaculares mejor, el temperamento romántico es lo que precisa para un desarrollo de su autenticidad: la furia de los elementos en su choque de egos. Campaña electoral para las europeas, o sea...
A Chejov le encuadran en el naturalismo, pero más bien es un tragicómico, a no ser que esta realidad sea tragicómica, entonces ya podemos ponerle la etiqueta correspondiente sin temor a la duda. Otros dicen que es impresionista, al menos en las literarias acotaciones lo es.


Esta obrilla, pese a su complejidad, se lee rápido. Y el drama desolador que va en su alma se adhiere al del lector. Son sus personajes tipos psicológicos identificables, algunos cándidos y llenos de bondad; otros bellos, idealistas; otros mezquinos, gorrones... Pero cada uno de ellos es complejo, que es lo que uno busca en la literatura, personajes que no sean planos, y que no acepten una crítica maniquea. Ya dije que son humanos, demasiado humanos.
Mas no quisiera decir más sobre El Jardín de los Cerezos, tan breve es que no tendrás excusa para demorar su lectura, si es que tienes un ejemplar cerca. Y que el segundo acto es muy hermoso, así comienza:
El campo. En escena, una ermita vieja y torcida, hace tiempo olvidado; un pozo junto a ella; grandes piedras que, al parecer, un día fueron sepulcrales, y un viejo banco. Un camino conduce a la hacienda de Gaev. Por uno de los costados, en el que se alzan, negros, los sauces, comienza el jardín de los cerezos. En la lejanía, corre una hilera de postes telegráficos y lejos, se extiende borrosamente por el horizonte una gran ciudad, cuyo contorno solo en días hermosos y claros puede divisarse. El sol va a ponerse de un momento a otro.

Después de la lectura continúa la tormenta, quien conmigo vive está al borde del suicidio, quizá no tanto, una mutilación metafísica amenaza con darse. En la televisión están echando El Código Da Vinci, broma pesada de más de dos horas, pese a que la Audrey Tatou a mí me mola, y también me ponen mazo las teorías conspiratorias. Se me ha ocurrido una ahora mismo: Antón Chejov es el guionista de esta película que interpretamos, él y unos cuantos sabios rusos más. Habrá que tomar un hatillo para subir al monte donde moran y pedirles clemencia. Uno, la verdad, preferiría interpretar una novela de Dan Brawun plagada de tontunas e intrigas vaticanas y amoríos aventureros. Y no poblar las páginas de este jardín de los cerezos que tanto queremos proteger, al que nos aferramos con amor e inconsciencia.
Los personajes, en efecto, al despedirse de su querida parcela, parecen ir cantando melancólicamente:

Ya es momento de ir
yéndose poco a poco...


martes, 19 de mayo de 2009

Benedetti y Gamoneda



Aquel libro de mi hermana del que hablaba ayer era Inventario, y recuerdo que tenia una cita escrita a mano, quiza los versos del poeta preferidos de mi hermana, era algo sobre la memoria y sobre un album de agua.
Resulta que hoy me entero de que la letra de esta bella cancion de Pablo Milanes, -tiene tantas-, que es ademas mi preferida, es un poema de Benedetti.
Pero no estoy escribiendo aqui ahora por la nostalgia, sino por el cabreo de siempre: los reduccionistas, los limitadores.
No me toquen el tema que me conozco, no me digan, a estas alturas de historia de la literatura, que Poesia son los santos cojones de Gamoneda.
Puedo aceptar que altuien diga de fulano: no me gusta, me aburre, me parece artificioso o demasiado llano.
Pero nunca usaras en vano el nombre Poesia para delimitarla.
Algo que libera no puede ser sujeto a un canon.
No permito que nadie valore mis versos desde una perspectiva de manual -y fijate quien soy, un loco o un tonto o alguien que se quedo en el camino sintiendo caerle yoyas por doquier-, como para permitir que se diga de alguien que es leido y ademas querido que es un poeta menor.
Un poeta menor es el que escribe versos los fines de semana por gusto de tocarle las teticas a la musa, como un escarceo amoroso, una canita al aire, un... vamos a escribir algo lindo, para variar, que hoy es Sabado y llueve y tengo morriña.
Un poeta mayor, o mejor dicho, poeta sin mas, es el que ha contraido matrimonio con esa antigua y bella dama siempre joven. Es el que dia a dia, ha ido construyendo piedra sobre piedra un lugar llamado Obra donde invitar a quien quiera entrar a habitar en el.
Que se yo, podria escribir durante dias sobre que es Poesia, pero nunca, nunca, escribire una frase sobre lo que no es poesia.
Aqui cabemos todos, desde que en los origenes un ciego rapsoda maravillo a su auditorio, o mucho antes, quien sabe si fue David el de los Salmos, cantando a su señor Yave, o que llanto o que jubilo desperto el primer verso y luego ya todo fue caos de besos por doquier.
Si, vale, yo siempre he dicho que Juan Ramon Jimenez es mi preferido, y que si paso la frontera ahi esta Rilke, y ninguno de los dos intento ser cercano, claro, gustar a la mayoria. Pero es que aqui cabe todo, no solo Rilke, sino tambien Whitman -¿es que no fue proximo Walt Whitman? No solo Juan Ramon, sino tambien Neruda, el poeta que pedia ensuciarse con los versos, y a partir de ahi estan Blas de Otero, Celaya, Benedetti...
Poesia del compromiso, poesia de lo cotidiano, de la rosa o del barro, que mas da. Elitista o popular, ponle el adjetivo que quieras, que aunque Poesia se vista de cieno Poesia se queda.
Sin embargo, ha merecido la pena el cabreo para conocer la poesia de Gamoneda, y si, me gusta, es muy bueno. ¿Como no descubrirse ante estos versos?

Amé todas las pérdidas.
Aún retumba el ruiseñor en el jardín invisible.


Pero, Gamoneda, no seas pillin, vamos a ver que es lo que he descubierto hoy escrito por tus manos, dictado por tu musa, leido por mis ojos. ¿No es este poema lo que tu quiza criticaste en Benedetti?


AMOR

Mi manera de amarte es sencilla:
te aprieto a mí
como si hubiera un poco de justicia en mi corazón
y yo te la pudiese dar con el cuerpo.

Cuando revuelvo tus cabellos
algo hermoso se forma entre mis manos.

Y casi no sé más. Yo sólo aspiro
a estar contigo en paz y a estar en paz
con un deber desconocido
que a veces pesa también en mi corazón.


No digais lo que es la rosa, descubridla y contempladla, haced quiza poesia del compromiso haciendo llegar su aroma y colorido a todo el mundo. Ella ya tiene sus propios pinchos para defenderse de las manos de los malos jardineros.

lunes, 18 de mayo de 2009

Benedetti





cómo voy a creer / dijo el fulano
que la utopía ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía


A Benedetti le conoci en una Feria del Libro de Madrid. Era pequeño y afable, y mi hermana compro un libro suyo de relatos para que se lo firmara.

En la Universidad, las chicas sobre todo, leian mucho a Benedetti. Saramago, Pessoa, Benedetti...
Mi hermana tenia un libro negro y gordo suyo, una antologia suya, donde yo buscaba aquellos versos que Bunbury plagiaba para sus canciones en los Heroes del Silencio. Bunbury siempre tuvo buen gusto.

Ahora que padezco de imsomnio
quisiera morir de siesta


El amor, las mujeres y la vida, asi se llama el libro que me regalo A, una seleccion de su poesia amorosa. A era amiga de una de mis mejores amigas, ya no lo son, por esos rifirafes que tienen las chicas entre si, pero eran muy buenas amigas, y por lo tanto yo la invitaba a mis cumpleaños con mucho gusto, y ella me regalaba esos libros con buen gusto. Por entonces yo trabajaba en la cocina del personal de el Corte Ingles, e iba con ese libro en la mochila, junto con el uniforme. Para que mis compañeros no me miraran raro, yo siempre tenia la excusa de estos versos, asi conseguia su aprobacion:

Terapia:
Para no sucumbir
ante la tentacion
del abismo
el mejor tratamiento
es el fornicio


Y yo, para mi, guardaba y subrayaba lo mejor de Benedetti, en el metro, camino de casa:

la niebla no es olvido
sino postergación anticipada

ojalá que la espera
no desgaste mis sueños
ojalá que la niebla
no llegue a mis pulmones
y que vos muchachita
emerjas de ella
como un lindo recuerdo
que se convierte en rostro



Y enmarcaba con pulso firme, a lapicero y rodeado de estrellitas, este que es mi preferido:

Maravilla

Vamos mengana a usar la maravilla
esa vislumbre que no tiene dueño
afila tu delirio / arma tu sueño
en tanto yo te espero en la otra orilla
si somos lo mejor de los peores
gastemos nuestro poco albedrio
recupera tu cuerpo / hacelo mío
que yo lo aceptare de mil amores
y ya que estamos todos en capilla
y dondequiera el mundo se equivoca
aprendamos la vida boca a boca
y usemos de una vez la maravilla


Se nos ha ido, uno de los mejores poetas, pero sus libros quedaran, con su poemas claros, sencillos, hermosos, llenos de certezas y lucidez. Llenos tambien de sueños.

miércoles, 13 de mayo de 2009

En cualquier parte estas




Y estabas perdidita en mi memoria. Hay canciones que producen felicidades instantaneas, vitalidades de extraña sonrisa.
Esta cancion estaba en una de esas cintas de Antonio Vega que compraba al tipo aquel que ofrecia su ilegalidad a cuatro libras, junto al metro Aluche.
(Eso no era nada, sin embargo, una tontuna comparada con los trifostios que se montan habitualmente entre internautas y SGAE, piratillas de salon contra un gigante que hace bien en defender lo suyo, pero tambien nosotros defendemos lo nuestro, y en esas estamos, en esta continuacion light del estraperlo, ni defiendo a unos ni a otros, que prefiero lo barato pero a la vez quiero, siendo como soy todo un best-seller, que me compren original y no en top-manta)
Esta cancion, digo... mas de diez años sin oirla.
Pero entonces, a mis veinte años...
Era oirla y brincar seguidamente, de esas cosas que pasan por la imaginacion sin uno buscarlas, se me hacia que un juglar y no un popero era el que cantaba. ¿Y no son juglares, los buenos cantantes de hoy?
Es una cancion distinta, ¿contraria?, a Lucha de Gigantes. Si esta es un canto kafkiano, Luz de Cruce es un canto de vida y esperanza, ilusionado.
¿Que es lo que teme una, que es lo que espera y encuentra en todas partes la otra?
Da igual si es algo concreto o abstracto, cuando el canto es bueno uno siempre puede jugar a hacerlo suyo, segun su experiencia y su desesperanza. Y su esperanza, como no.


Luz de Cruce

Cuando la noche cae
Enciendo las de cruce y vuelvo
a verte una vez más
una de tantas veces
pocos kilómetros y
Tras las luces de colores una
cara más
Luego tú detrás
En cualquier parte estás
Eres la pata de una mesa, eres
la sal del mar
Y no te han de encontrar
Te escondes sin parar
Eres experta con la liebre en regatear
Aunque a mi lado estás
Todo crece, perpendicular al
Todo crece, horizonte final
Sólo cuando estoy
Dormido y soñando atravieso
esa puerta
Que deje estallar un vendaval
La sensación de gravitación
La fiereza de una cara
En un sueño dentro de otro sueño
En cualquier parte estás
Eres la llave de una puerta y de
otras muchas más
Y no te han de encontrar
Sólo cuando estoy
Dormido y soñando
Con la llave en las manos
Me da miedo salir y no poder entrar
La sensación de gravitación
La fiereza de una cara
En un sueño dentro de otro sueño
Cuando la noche cae
Enciendo las de cruce y vuelvo
a verte una vez más
Una de tantas veces
Cuando la noche cae
Enciendo las de cruce y grabo en el
asfalto gris
Como una cinta más.


Lucha de Gigantes

Lucha de Gigantes
Convierte el aire en gas natural
Un duelo salvaje advierte
Lo cerca que ando de entrar
En un mundo descomunal
Siento mi fragilidad
Vaya pesadilla corriendo
Con una bestia detras
Dime que es mentira todo
Un sueño tonto y no más
Me da miedo la enormidad
Donde nadie oye mi voz
Deja de engañar
No quieras ocultar
Que has pasado sin tropezar
Monstruo de papel
No se contra quien voy
O es que acaso hay alguien más aquí

Creo en los fantasmas
Terribles
De algun extraño lugar
Y en mis tonterias para
Hacer tu risa estallar
En un mundo descomunal
Siento tu fragilidad
Deja de engañar
No quieras ocultar
Que has pasado sin tropezar (¡No!)
Monstruo de papel
No se contra quien voy
O es que acaso hay alguien más aquí

Deja que pasemos sin miedo

martes, 12 de mayo de 2009

Antonio Vega no se ira mañana

Le dedique un post en aquel manicomio.
Yo me entere esta mañana, en el trabajo, mientras sacaba la coliflor con bechamel gratinada del horno. Esa maldita radio que nunca suena y que compre hara un par de meses en un decomisos lo decia bien claro, Antonio Vega ha fallecido...
Luego, al llegar a casa, me encuentro un e-mail de Azulaza desde Alemania, en el que tan solo me escribe un enlace a youtube, un enlace a su Lucha de Gigantes:



Junto a Tesoros, una de mis canciones preferidas, de el y de cualquiera que haya escrito una cancion en su vida.

Monstruo de papel
no se contra quien voy
¿o es que hay alguien mas aqui?


Con Azulaza, su hermana, y otra gente de la facultad ibamos a veces al mitico Penta, en Malasaña, garito del que habla la cancion, donde
escuchar canciones que consiguen que te pueda amar
, donde tan solo ponian musica buena, donde siempre pediamos al pincha que nos pusiera aquella version en ingles de La Chica de Ayer.



¿Te acuerdas, Azulaza, que cuando me conociste pensabas que yo era el prototipo del madrileño? Llevaba greñillas y chupa negra de sindicalista, iba siempre con una mochila vaquera cargada de libros, con la que casi le parto los cojones a un profesor de filosofia cuando me los encontre en la feria del libro de recoletos, un dia de San Isidro, hara de esto diez años. Luego me puso sobresaliente, siempre fui muy emotivo escribiendo y un pelin despistado caminando.
Tambien el hizo alguna buena version, a mi me gusta una de los Chunguitos, que le dedico a su novia cuando ella murio, una cancion que a el no es que le gustara mucho, pero que ella siempre le decia lo bien que quedaria cantada por el.



¿Y esta version, no es una joya?



Las cintas de Antonio Vaga las compraba yo piratas, en el metro Aluche, era el primer lustro de los 90, uno de los lustros que mejor pop-rock ha dado en nuestra historia, y yo compraba mucho alli, a cuatrocientas pelas la cinta, con el long play grabado con buen sonido, la verdad. Desde los Simply Red a los REM, pasando por Diego Vasayo y Manolo Tena. Y, claro esta, Los Heroes del Silencio, aquel Espiritu del Vino que tanto escuche.
No me ire mañana, se llamaba la primera cinta que atesore de Antonio Vega, su primer disco en solitario -en casa teniamos un par de vinilos de Nacha Pop, de mi hermana-, y la cancion que le da titulo al disco es muy buena, parece mentira que sea tan dificil encontrarla en la red, pero ahi queda ese trocito de una de sus ultimas actuaciones:



Hoy he visto caer a trozos
la barrera del sonido,
y brotar de entre los escombros
horizontes hasta ayer prohibidos.

Caminos hacia el frío
calor futuro.

Hoy he visto lanzar la flecha
y llover fuego del cielo,
recordando que del espacio
el principio-fin está en el suelo.

He sentido como ruge el mar
y la tierra abrirse de par en par,
un abismo que sonrie e invita a entrar
en un juego sin legalizar.

No me iré mañana
no sin antes algo más que ver,
no me iré mañana
aun es pronto para envejecer,

No me iré mañana
no sin nadie más que conocer...

Caminos hacia el frío
calor futuro,
mirar este mundo en paz
y nunca de reojo más.


Era un enamorado de la fisica, y muestra de ello es esta cancion.

"La física cambió mi vida. Cambié mi postura ante el mundo cuando comprendí a Einstein. Cuando supe que el camino más corto entre dos puntos no es la línea recta. Cuando empecé a imaginarme cosas como qué pasaría si me montase a caballo en un haz de luz".


O esta otra, que compuso cuando estaba en Nacha Pop:



Busca un libro que dice como,
luego otro que se titula si,
sigue... un tercero llamado nada.
Es la fórmula de circulos sin fin.
Es que no hay nada mejor
que revolver el tiempo con el café...


Gracias por esta formula de la felicidad.

domingo, 10 de mayo de 2009

Y un ángel vino a habitar entre los hombres




Hope there's someone
Who'll take care of me
When I die, will I go

Hope there's someone
Who'll set my heart free
Nice to hold when I'm tired

There's a ghost on the horizon
When I go to bed
How can I fall asleep at night
How will I rest my head

Oh I'm scared of the middle place
Between light and nowhere
I don't want to be the one
Left in there, left in there

There's a man on the horizon
Wish that I'd go to bed
If I fall to his feet tonight
Will allow rest my head

So here's hoping I will not drown
Or paralyze in light
And godsend I don't want to go
To the seal's watershed

Hope there's someone
Who'll take care of me
When I die, Will I go

Hope there's someone
Who'll set my heart free
Nice to hold when I'm tired



Y aqui interpretando una cancion del viejo maestro:





Y con el que dicen que fue su descubridor:

miércoles, 6 de mayo de 2009

Simbolismo (VII). Sinestesias.



Me sucedía cuando estudiaba el soneto, el romance, el villancico, hace ya más de diez años, quizá quince. No me podía quedar quieto y en vez de centrarme en la página que con tanto cariño pergeñaron los teóricos me dedicaba a poner en práctica la lección, presa de la curiosidad: conócete a tí mismo, a ver de qué eres capaz. Por entonces siempre respetaba la norma, hoy sin embargo tan sólo respeto la voz que clama en mi desierto.
Sin embargo, basta con que tenga gusto por algo, para que me aplique un pelín más dejando aparcados anarquías y caos creadores.
Me sucedió hace unos meses, aprendiendo la lección de los simbolistas, que usaron de un caos regulado, casi místico. No sé si habrá una ley natural que organice los mandatos de la musa, al menos sí podemos afirmar que hay mecanismos poéticos que liberan la palabra, trascendiéndola más allá de su sentido ordinario.
La sinestesia es uno de esos mecanismos, o llámalo herramienta o rudimento o iluminación. Qué sé yo. La teoría está muy bien porque las guías son necesarias para no perderse en el laberinto de las significaciones, espejismos, patrañas y autenticidades.
Segun la RAE:

sinestesia.

(De sin- y el gr. αἴσθησις, sensación).


1. f. Biol. Sensación secundaria o asociada que se produce en una parte del cuerpo a consecuencia de un estímulo aplicado en otra parte de él.

2. f. Psicol. Imagen o sensación subjetiva, propia de un sentido, determinada por otra sensación que afecta a un sentido diferente.

3. f. Ret. Tropo que consiste en unir dos imágenes o sensaciones procedentes de diferentes dominios sensoriales. Soledad sonora. Verde chillón.


Quizá el ejercicio sinestésico -¿habré dicho bien?- sea una variante del conceptismo, esa corriente quevediana que hizo de la literatura un pozo sin fondo, diciendo mucho con poco. Tan sólo estoy especulando, pero es que ante todo me atrae lo que pueda estar sujeto -mejor dicho liberado- a multitud de interpretaciones, desde los viejos cuentos maravillosos a las más nuevas canciones. Es la riqueza de la sobriedad, el no necesitar de mucho para sentirse el ser más rico del mundo. Como aquellos versos de Becquer -poeta simbolista-, en los que tan sólo una mirada basta para creer. O la máxima de la fe cristiana, tan rica en símbolos: una palabra tuya bastará para sanarme.
Algo sucede en el receptor de tan ambiguos mensajes. Con las sinestesias sin embargo sucede algo antinatural, que la lógica no atrapa, ¿soledad sonora? ¡Ay, alma, de qué manera lees tú lo que está fuera de nuestro entendimiento!
Desde Baudelaire a Umbral, muchos han dado un buen uso de las sinestesias, ampliando el rancio campo de visión con olor a cerrado.
Yo, antojadizo, quise probar, y no me pareció mal lo que salió de mis manos, pese a que me metí en territorios demasiado oníricos. Es decir, surrealistas.


Sinestesias para las noches de desconsuelo.



Luna cautiva en mis manos, cómo te alejas por las líneas de mi mano, lo ya vivido quizá no sirva para calmar mi desconsuelo.

Dolores transparentes como de manantial caídos, oigo la serena angustia del humo del hogar solitario, ensordecedora y gris, olorosa a invierno y bacanal de nieve.

Mi cama es una ciudad fantasma, sin nadie y conmigo, demasiado ajetreo de lágrima, con un fragor de lunas rotas que me sangran la piel, violeta de tanto golpe y desamor.

Me apetece el suicidio del sabor de la leche recién recién ordeñada, porque me siento solo y necesito visitar el cementerio de lo nutricio para llenar de artificios estas soledades sin tí.

Leche materna, leche mamada élaboradora de melodías vitales, mira que no encuentro la flor en mi jardín, el violín se me volvió virtual, detesto lo virtual, no quiero su tentación de vida plena, busco la vida plena que pueda ser estrangulable y de chillido blanquecino y nebuloso.

Busco la realidad para cometer el crimen de la negra historia de esta ciudad de sábanas hastiadas de llanto y semen.

¡Por qué me has dejado solo!

¡Por qué me has dejado solo!

¡Por qué me has dejado solo!

La ciudad es un féretro sin velatorio, el murmullo de las oraciones de las paredes y esquinas me dan la arcada del vómito y el verso.

Voy a atraparte a tí como a una luna violada, aunque no estés, Amor, aunque me hayas dejado tirado como a un peluche de flácidas extremidades, te voy a convertir en artificio rosa para mis manos, a ver si huyes a través de las líneas de mi mano, que dicen que son del destino un mapa.




lunes, 4 de mayo de 2009

Animales y mas que animales, de Saki

(Perdon por la ausencia de tilde ortografica, el troyano fue eliminado, pero el portatil esta con astenia primaveral)

Uno quisiera ser como aquel al que admira, o mejor aun, tener aquel rasgo que le parece admirable en el otro. La flema y el humor ingles tienen algo de primos lejanos del pasotismo madrileño, ese "me la pela" tan caracteristico de estos barrios. Hay que ser un pelin retorcido y algo enrevesado para emparejar estos dos caracteres tan opuestos, pero es que los relatos de Saki son mas retorcidos aun que este rebuscamiento mio. Comparaciones peregrinas aparte, volvamos a mi envidia por ese temple indolente. ¿Que se puede decir de alguien que, segun la leyenda, antes de morir en el fondo del crater dice: "apagad ese maldito cigarrillo"?
Yo leia a Saki en el autobus y en el metro, me ha hecho buena compañia durante este frio invierno pasado y abuson -como que queria comerle terreno a la tardia y recien llegada primavera-.


Los cuentos de Hector Hugh Munro, Saki -que significa "copero"-, tienen gusto a comedia de Oscar Wilde, sus ironicos y ociosos personajes recuerdan mucho a ese universo de te y sandwiche de pepino. Tambien recuerda a los cuentos de Richmal Crompton, aquellos de Guillermo Brown, enmarcados en la apacible campiña inglesa.
Es como si Guillermo el Travieso creciera y cambiara sus barrabasadas de niño por las inteligentes intrigas de Clovis, uno de los personajes recurrentes en los cuentos de Saki.
Tom Sharpe y Roald Dahl -hilarante el uno y luminoso el otro- fueron sus discipulos, mientras que Graham Green le considero " el mas grande humorista ingles del siglo XX". Y Borges, tan british el, dijo: "Con una suerte de pudor, Saki da un tono de trivialidad a relatos cuya intima trama es amarga y cruel. Esa delicadeza, esa levedad, esa ausencia de enfasis puede recordar las deliciosas comedias de Wilde"
Es ese humor amoral que tanto me gusta, que he apreciado desde niño en teleseries del tipo Un hombre en casa, Los Ropper, Benny Hill, Mister Bean, o en peliculas de los Monty Python. Frivolizan la tragedia -¿recodais La vida de Bryan?- sin buscar en ningun momento lo emotivo, sino la carcajada o preferentemente la sonrisa complice.
Hay una gran diferencia con ese humor que se esta importando aqui desde norteamerica, ese humor que si va acompañado de crueldad necesita ser luego explicado mediante una moraleja con el colofon del tipico y empalagoso abracito americano. No es que no me gustaran Bill Cosby o Los Problemas Crecen, que buscan un realismo sociologico y no atinan. Hemos visto en teleseries de humor patrio como Los Serrano o Medico de familia copian esa intencion que nada tienen que ver con las soluciones familiares ante los problemas. Si el humor americano es idealista, el britanico tiene la ventaja de que, siendo negro, es surrealista. Las cosas tampoco son como las pinta el humorista britanico -Saki, por ejemplo-, pero es que te muestran una ficcion para que te rias, no intentan reflejarte una realidad para que aprendas.
Un Bryan hecho un cristo silbando en la cruz es mas alentador que unos empalagosos Emilio Aragon y Antonio Resines abrazando a sus retoños despues de la travesura de turno.
¡Bendito humor negro ingles, siempre mirando el lado luminoso de la vida!



Y aqui unos enlaces para quien quiera beber un trago del buen vino de este copero:

La loba
El cuentista
La benefactora y el gato satisfecho