
El sueño de la razón produce monstruos, de Francisco de Goya
Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.
Sobre la pena duermo solo y uno,
pena en mi paz y pena en mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.
Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.
No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y de cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!
Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre su cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.
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(1)
El camino y la medida,
el sendero y la canción
se encuentran en la misma vía.
Camina soportando
el fracaso y la cuestión,
por la única senda que es tuya.
(2)
Cuando la temprana luz de la mañana crece en silencio sobre los montes...
El oscurecimiento del mundo jamás alcanza la luz del Ser.
Venimos demasiado tarde para los dioses y demasiado pronto para el Ser. El poema que éste ha iniciado es el hombre.
Ponerse en camino hacia una estrella, nada más.
Pensar es ceñirse a un único pensamiento, que un día se mantendrá como una estrella en el cielo del mundo.
(11)
Cuando los rayos del sol de la tarde, entremetiéndose por algún resquicio en el bosque, circundan de oro los troncos...
Los troncos vecinos de la poesía son el canto y el pensamiento.
Los tres brotan del Ser y se elevan en su verdad.
Su relación nos da a pensar aquello que Hölderlin canta de los árboles del bosque:
Y quedan sin conocerse el uno al otro
los troncos vecinos
el tiempo que están en pie.
Martin Heidegger , Desde la experiencia del pensamiento
Ya está el niño en el portal
que nació en la portería,
San José tiene taller,
y es la portera María.
Vengan sabios y doctores
a consultarle sus dudas,
el niño sabelotodo
está esperando en la cuna.
Dice que pecado es
hablar mal de los vecinos
y que pecado no es
besarse por los caminos.
Que se acerquen los pastores
que me divierten un rato
que se acerquen los humildes,
que se alejen los beatos.
Que pase la Magdalena,
que venga San Agustín,
que esperen los reyes magos
que les tengo que escribir.
El vino que pagué yo,
con aquel euro italiano
que había estado en un vagón
antes de estar en mi mano,
y antes de eso en Torino,
y antes de Torino, en Prato,
donde hicieron mi zapato
sobre el que caería el vino.
Esto que estás oyendo
ya no soy yo,
es el eco, del eco, del eco
de un sentimiento;
su luz fugaz
alumbrando desde otro tiempo,
una hoja lejana que lleva y que trae el viento.
Yo, sin embargo,
siento que estás aquí,
desafiando las leyes del tiempo
y de la distancia.
Sutil, quizás,
tan real como una fragancia:
un brevísimo lapso de estado de gracia.
Eco, eco
ocupando de a poco el espacio
de mi abrazo hueco…..
Esto que canto ahora,
continuará
derivando latente en el éter,
eternamente….
inerte, así,
a la espera de aquel oyente
que despierte a su eco de siglos de bella durmiente..
Eco, eco
ocupando de a poco el espacio
de mi abrazo hueco…...
Eco, de Jorge Drexler
...Eco merece una disgresión. Su alegría y parlachinería cautivaron a Júpiter; sorprendidos en adulterio por Juno, castigóla ésta a que jamás podría hablar por completo; su boca no pronunciaría sino las últimas sílabas de aquello que quisiera expresar. Pues bien, viendo Eco a Narciso quedó enamorada de él y le fue siguiendo, pero sin que él se diera cuenta. Al fin decide acercársele y exponerle con ardiente palabrería su pasión. Pero.. ¿Cómo podrá si las palabras le faltan? Por fortuna, la ocasión le fue propicia. Encontrándose solo el mancebo, desea darse cuenta de por dónde pueden caminar sus acompañantes y grita: "¿Quién está aquí?" Eco repite las últimas palabras "... está aquí". Maravillado queda Narciso de esta voz dulcísima de quien no ve. Vuelve a gritar: "¿por qué me huyes?" Eco repite: "... me huyes". Y Narciso: "¡juntémonos!" Y Eco: "...juntémonos". Por fin se encuentran. Eco abraza al ya desilusionado mancebo. Y éste dice terriblemente frío: " No pensarás que yo te amo..." Y Eco repite, acongojada: "...yo te amo". "¡ Permitan los dioses soberanos -grita él- que antes la muerte me deshaga que tú goces de mí!"Ovidio. Metamorfosis. Libro Tercero III.
Huyó, implacable, Narciso. Y la ninfa así menospreciada, se refugió en lo más solitario de los bosques. La consumía su terrible pasión. Deliraba. Se enfurecía. Y pensó: "¡ojalá cuando él ame como yo amo, se desespere como me desespero yo!"
Némesis, diosa de la venganza -y a veces de la justicia- escuchó su ruego. En un valle encantador había una fuente de agua extremadamente clara, que jamás había sido enturbiada ni por el cieno ni por los hocicos de los ganados. A esa fuente llegó Narciso, y habiéndose tumbado en el césped para beber, Cupido le clavó, por la espalda, su flecha... Lo primero que vio Narciso fue su propia imagen, reflejada en el propio cristal. Insensatamente creyó que aquel rostro hermosísimo que contemplaba era de un ser real , ajeno a sí mismo. Sí, él estaba enamorado de aquellos ojos que relucían como luceros, de aquellos cabellos dignos de Apolo. El objeto de su amor era... él mismo. ¡ Y deseaba poseerse! Pareció enloquecer... ¡No encontraba boca para besar! Como una voz en su interior le reprochó: "¡insensato!" "¿cómo te has enamorado de un vano fantasma? Tu pasión es una quimera, retírate de esa fuente y verás como la imagen desaparece. Y, sin embargo, contigo está, contigo ha venido, se va contigo... ¡y no la poseerás jamás!."
Alzó los brazos al cielo Narciso. Llorando. Tiróse los cabellos. Y gritó, blasfemo así: "Decidme selvas, vosotras que habéis sido testigo de tantos idilios apasionados... ¿por qué el amor es tan cruel para mí? Hace siglos que existís; decidme ¿visteis nunca un amor obligado a sufrir designios más rudos? Yo veo al objeto de mi pasión y no le puedo encontrar. No me separan de él ni los mares enormes, ni los senderos inaccesibles, ni las montañas, ni los bosques. El agua de una fontana me lo presenta consumido del mismo deseo que a mí me consume. ¡Oh pasión mía! ¡quienquiera que seáis, aproximaos a mí como a vos me aproximo! ¡Ni mi juventud ni mi belleza son causas para vuestro temor! Yo desdeñe el amor de todas las ninfas... No tengáis para mí el mismo desdén. Pero ¿ si me amáis, por qué os sirvo de burla? Os tiendo mis brazos y me tendéis los vuestros. Os acerco mi boca y vuestros labios se me ofrecen. ¿Por qué permanecer más tiempo en el error? Debe ser mi propia imagen la que me engaña. Me amo a mí mismo. Atizo el mismo fuego que me devora. ¿Qué será mejor: pedir o que me pidan? ¡ Desdichado de mí que no puedo separarme de mí mismo! A mí me pueden amar otros, pero yo no me puedo amar...¡Ay! El dolor comienza a desanimarme. Mis fuerzas disminuyen. Voy a morir en la flor de la edad. Mas no ha de aterrarme la muerte liberadora de todos mis tormentos. Moriría triste si hubiera de sobrevivirme el objeto de mi pasión. Pero bien entiendo que vamos a perder dos almas una sola vida."
Dicho esto, tornó Narciso a contemplarse en la misma fuente. Y lloró, ebrio de pasión, ante su propia imagen. Volvió a traslucir frases entrecortadas... ¿Quién? ¿Narciso? ¿Su imagen llorosa? "¿por qué me huyes? Espérame, eres la única persona a quien yo adoro. El placer de verte es el único que queda a tu desventurado amante."
Poco a poco Narciso fue tomando los colores finísimos de esas manzanas, coloradas por un lado, blanquecinas y doradas por el otro. El ardor le consumía poco a poco. La metamorfosis duró escasos minutos. Al cabo de ellos, de Narciso no quedaba sino una rosa hermosísima, al borde de las aguas, que se seguía contemplando en el espejo sutilísimo.
Todavía se cuenta que Narciso, antes de quedar transformado pudo exclamar: "¡Objeto vanamente amado...adiós...!" Y Eco: "... adiós" cayendo enseguida en el césped rota de amor. Las náyades, sus hermanas, le lloraron amargamente meneándose las doradas cabelleras. Las dríadas dejaron romperse en el aire sus lamentaciones. Pues bien: a los llantos y a las lamentaciones contestaba Eco... cuyo cuerpo no se pudo encontrar. Y, sin embargo, por montes y valles, en todas las partes del mundo, aún responde Eco a las últimas sílabas de toda la patética voz humana.
..., cada cual el mundo entero para el otro...
... la fragilidad de todo por fin revelada.
No hay un sólo profeta en la larga crónica de la Tierra que no encuentre hoy aquí su razón de ser. Teníais razón, hablarais de lo que hablarais.
Todo ello como en un antiguo ungimiento. Que así sea. Evoca las formas. Cuando no tengas nada más inventa ceremonias e infúndeles vida.
Un cadáver en el portal, tieso como el cuero. Haciéndole un mohín al día.
Está nevando, dijo el chico. Miró al cielo. Un solitario copo grisáceo que cayera de un tamiz. Lo atrapó en la palma de la mano y lo vio expirar como la postrera hostia de la cristiandad.
Por la mañana volvía a nevar. Cuentas de hielo gris en ristra sobre los cables de electricidad.
De día el sol proscrito circunda la tierra cual madre afligida con una lámpara.
Reflejando el sol desde aquella oscuridad profunda como un destello de navajas en una cueva.
En las cañadas el humo elevándose del suelo como grupos de velas paganas.
Se sentó a su lado y acarició sus pálidos cabellos enmarañados. Cáliz de oro, bueno para albergar a un Dios.
De las fantasías diurnas en la carretera no había modo de despertar. Siguió caminando pesadamente. Lo recordaba todo de ella, salvo su olor. Sentado en un teatro con ella al lado inclinada al frente escuchando música. Volutas y apliques dorados y los pliegues del telón como columnas a cada lado del escenario. Ella le tenía la mano cogida sobre el regazo y él notaba la parte superior de sus medias a través de la fina tela de su vestido de verano. Congela este fotograma. Ahora maldice tu oscuridad y tu frío y fastídiate.Si la memoria no me engaña, el año 2005 fue el de El Barón Rampante, de Italo Calvino, y la Insoportable levedad del ser, de Milán Kundera.
Cormac McCarthy. La carretera.
Porque hay un lugar donde me están esperando, pero no me estarán esperando siempre. Y si me retraso, me retraso.
Amos Oz. Un descanso verdadero.
El ciprés, junto a la alberca,(Emilio Prados)
velando a la luna muerta,
me está llamando:
-Ven, ven...
(No, no, que no voy,
que no.)
La noche cubre al ciprés
como una campana negra.
Sigue sonando:
-¡Ven!...
¡Ven!...
(Dylan Thomas)
(Traducción de Elizabeth Azcona Cranwell)
En vez de estudiar, me he puesto a escribirte. No eres un puto personaje inventado ni eres mi puto amor platónico. Te he encontrado y tú sí tienes música.
... imagina que se te rompe algo, el vaso, por ejemplo, ese que tiras sin querer, y la gente se limita a traer una bayeta para el agua y una escoba para los cristales. Pero imagina que tú no quieres la bayeta. Querías ese vaso. Te importaba ese vaso. No entiendes que esté roto. Y entonces te pones a recoger los cristales uno a uno. Y tratas de pegarlos. Aunque, claro, intentas hacer eso, se te ha olvidado secar el agua con la bayeta. Y también se te ha olvidado la hora que es. Y, encima, hay veces que las cosas se rompen en siete trozos y vale, las puedes pegar. Pero a veces se rompen en cien o más.
Sitting Bull (Toro Sentado) ha muerto: no hay tambores que anuncien su llegada a las Grandes Praderas. Deseo de ser Piel Roja.
Leopoldo María Panero.
gimme danger, little stranger
and I'll give you a piece
gimme danger, little stranger
and I'll feel your disease
there's nothing in my dreams
Just some ugly memories
kiss me like the ocean breeze
(hey!)
Now if you will be my lover
i will shiver insane
but if you can be my master
i will do anything
there's nothing left to life
but a pair glassy eyes
raze my feelings one more time
(yeah!)
find a little strip and find a little stranger
yeah you're gonna feel my hand
said:
I got a little angel, want a little danger
honey you're gonna feel my hand
swear you're gonna feel my hand
swear you're gonna feel my hand
gimme danger
little stranger
gimme danger
little stranger
gimme danger
little stranger
gimme danger
little stranger
gimme danger
little stranger
can you feel me?
you gotta feel me!
you gotta feel this
little stranger...
Belén Copegui y "Deseo de ser punk". (Un idioma sin fronteras)
Bienvenidos al siglo XXI
Están cerradas por stock
las puertas.
Yo mismo
" Hablar de la contribución de las razas humanas a la civilización mundial podría causar sorpresa en una serie de capítulos destinados a luchar contra el prejuicio racista. Sería vano haber consagrado tanto talento y tantos esfuerzos en demostrar que nada, en el estado actual de la ciencia, permite afirmar la superioridad o inferioridad intelectual de una raza con respecto a otra, si solamente fuera para devolver subrepticiamente consistencia a la noción de raza, queriendo demostrar así que los grandes grupos étnicos que componen la humanidad han aportado, en tanto que tales, contribuciones específicas al patrimonio común. Pero nada más lejos de nuestro propósito que una empresa tal, que únicamente llevaría a formular la doctrina racista a la inversa. Cuando se intenta caracterizar las razas biológicas por propiedades psicológicas particulares, uno se aleja tanto de la verdad científica definiéndolas de manera positiva como negativa. No hay que olvidar que Gobineau, a quien la historia ha hecho el padre de las teorías racistas, no concebía sin embargo, la «desigualdad de las razas humanas» de manera cuantitativa, sino cualitativa: para él las grandes razas primitivas que formaban la humanidad en sus comienzos —blanca, amarilla y negra— no eran tan desiguales en valor absoluto como diversas en sus aptitudes particulares. La tara de la degeneración se vinculaba para él al fenómeno del mestizaje, antes que a la posición de cada raza en una escala de valores común a todas ellas. Esta tara estaba destinada pues a castigar a la humanidad entera, condenada sin distinción de raza, a un mestizaje cada vez más estimulado. Pero el pecado original de la antropología consiste en la confusión entre la noción puramente biológica de raza (suponiendo además, que incluso en este terreno limitado, esta noción pueda aspirar a la objetividad, lo que la genética moderna pone en duda) y las producciones sociológicas y psicológicas de las culturas humanas. Ha bastado a Gobineau haberlo cometido, para encontrarse encerrado en el círculo infernal que conduce de un error intelectual, sin excluir la buena fe, a la legitimación involuntaria de todas las tentativas de discriminación y de explotación. "
Ay Mama Inés
Ay Mama Inés
Todos los suecos
tomamos café
Mentre estic escoltant-la, cau la pluja.
Penso en el gos que, solitari, anava
rere el taüt de Mozart: puc seguir-lo
alhora en els compassos del piano
i en els camins que fa l’aigua en els vidres.
Misteriosament feliç, segueixo un gos
fet alhora de música i de pluja
La escucho y cae la lluvia,
y pienso en aquel perro solitario
que iba detrás del ataúd de Mozart.
Lo sigo en los compases de este piano
y en los caminos que dibuja el agua
al irse deslizando en los cristales.
Voy, misteriosamente feliz, siguiendo a un perro
hecho a la vez de música y de lluvia.
Joan Margarit (1938)
Misteriosamente feliz
Consejos para escritores
Por Anton Chejov
-Uno no termina con la nariz rota por escribir mal; al contrario, escribimos porque nos hemos roto la nariz y no tenemos ningún lugar al que ir.
-Cuando escribo no tengo la impresión de que mis historias sean tristes. En cualquier caso, cuando trabajo estoy siempre de buen humor. Cuanto más alegre es mi vida, más sombríos son los relatos que escribo.
-Dios mío, no permitas que juzgue o hable de lo que no conozco y no comprendo.
-No pulir, no limar demasiado. Hay que ser desmañado y audaz. La brevedad es hermana del talento.
-Lo he visto todo. No obstante, ahora no se trata de lo que he visto sino de cómo lo he visto.
-Es extraño: ahora tengo la manía de la brevedad: nada de lo que leo, mío o ajeno, me parece lo bastante breve.
-Cuando escribo, confío plenamente en que el lector añadirá por su cuenta los elementos subjetivos que faltan al cuento.
-Es más fácil escribir de Sócrates que de una señorita o de una cocinera.
-Guarde el relato en un baúl un año entero y, después de ese tiempo, vuelva a leerlo. Entonces lo verá todo más claro. Escriba una novela. Escríbala durante un año entero. Después acórtela medio año y después publíquela. Un escritor, más que escribir, debe bordar sobre el papel; que el trabajo sea minucioso, elaborado.
-Te aconsejo: 1) ninguna monserga de carácter político, social, económico; 2) objetividad absoluta; 3) veracidad en la pintura de los personajes y de las cosas; 4) máxima concisión; 5) audacia y originalidad: rechaza todo lo convencional; 6) espontaneidad.
-Es difícil unir las ganas de vivir con las de escribir. No dejes correr tu pluma cuando tu cabeza está cansada.
-Nunca se debe mentir. El arte tiene esta grandeza particular: no tolera la mentira. Se puede mentir en el amor, en la política, en la medicina, se puede engañar a la gente e incluso a Dios, pero en el arte no se puede mentir.
-Nada es más fácil que describir autoridades antipáticas. Al lector le gusta, pero sólo al más insoportable, al más mediocre de los lectores. Dios te guarde de los lugares comunes. Lo mejor de todo es no describir el estado de ánimo de los personajes. Hay que tratar de que se desprenda de sus propias acciones. No publiques hasta estar seguro de que tus personajes están vivos y de que no pecas contra la realidad.
-Escribir para los críticos tiene tanto sentido como darle a oler flores a una persona resfriada.
-No seamos charlatanes y digamos con franqueza que en este mundo no se entiende nada. Sólo los charlatanes y los imbéciles creen comprenderlo todo.
-No es la escritura en sí misma lo que me da náusea, sino el entorno literario, del que no es posible escapar y que te acompaña a todas partes, como a la tierra su atmósfera. No creo en nuestra intelligentsia, que es hipócrita, falsa, histérica, maleducada, ociosa; no le creo ni siquiera cuando sufre y se lamenta, ya que sus perseguidores proceden de sus propias entrañas. Creo en los individuos, en unas pocas personas esparcidas por todos los rincones -sean intelectuales o campesinos-; en ellos está la fuerza, aunque sean pocos.
Abre bien los ojos, mira.
(Julio Verne. Miguel Strogoff)
Un artista del trapecio -como se sabe, este arte que se practica en lo alto de las cúpulas de los grandes circos es uno de los más difíciles entre todos los asequibles al hombre- había organizado su vida de tal manera -primero por afán profesional de perfección, después por costumbre que se había hecho tiránica- que, mientras trabajaba en la misma empresa, permanecía día y noche en el trapecio. Todas sus necesidades -por otra parte muy pequeñas- eran satisfechas por criados que se relevaban a intervalos y vigilaban debajo. Todo lo que arriba se necesitaba lo subían y bajaban en cestillos construidos para el caso.
(Franz Kafka. Un artista del trapecio.
I am just a dreamer,
but you are just a dream,
You could have been anyone to me.
Before that moment you touched my lips
That perfect feeling when time just slips
Away between us on our foggy trip.
You are like a hurricane
Theres calm in your eye.
And Im gettin blown away
To somewhere safer where the feeling stays.
I want to love you but Im getting blown away.
Tú nunca te cansas, tú nunca te aburres, eres el tonto que acabada la linde sigue caminando.
Si te llamo Autoengaño asentirás con toda tu gentileza. Responde.
Venus es el planeta que me representa, así que te doy las gracias, gracias por este baile, y por tus ojos maravillados.
Se acaban las navidades, otro año más desnuda entre la nieve, no tengo frío, mientras yo esté no tendrás frío.
Es ley de vida, y es muy humano de tu parte, no te juzgo por ello, si nos reprodujéramos de otra manera serías un enfermo, pero el cuerpo es así, ya ves cí³mo tu visií³n estructuralista de la vida te salva: cada elemento se define junto o en contra a otros elementos.
Recuerdo un comentario que me dedicaste en una de tus páginas, en la que decías que yo no era provocativa porque no buscaba una respuesta sexual en tí, sino que era una provocadora: esperaba una respuesta intelectual.
Ya ves como me aferro a tu ser, ya lo sientes. Desde niño el ansia de unií³n, y yo no dejo de pasearme por todas tus prolongaciones. Responde.
Yo no te ayudo, no soy de tí, pero estoy ahí, como esa cancií³n tan bonica de Amancio Prada, libre me quieres, pero no de tí, ni de mí misma siquiera. Tan bonica la cancií³n como bonico eres tú, qué malo te pones ante esos afectos de palabra, como si fuesen desprecios.
Sí³lo cabe esperar otro ataque de locura, y ya, ya tenemos Vida por unos meses.
Ahora te dedico yo a tí un haiku de esos que están tan de moda:
"Sigue escribiendo:
cada verso es un beso
que no has dado".
Venus sugiendo caliente del océano polar catártico.
(Comentario publicado por Emperatriz el 5-1-08 en la bitácora de Salix Babilónica)