Bueno, que sí, que este post de hoy -sólo para tus ojos tan hermosos- va de literatura, cómo no, que de otra cosa no hablo.
Mis dos villancicos preferidos:
1. Los campanilleros.
Recién tenía yo terminada hará ya más de diez años la lectura de Tiempo de Silencio, de Luís Martín-Santos, cuando me puse en el vídeo la película adaptada de este texto por Vicente Aranda.
Hay una escena que me emocionó. Bueno, el libro bien, muy innovador y muy fatigoso de estudiar, si querías sacar el COU, había que leerlo y no aburrirse y dar palmas y decir, ¡oh, genio! Pero la peli es otra cosa, más llevadera y menos de estudiar y más de asimilar unos sucesos para luego llegar a conclusiones.
Lo que digo, una escena que me emocionó:
Imanol Arias y Juan Echanove salen de un café o una casa de lenocinio en época navideña y se lían a cantar esta canción, Los Campanilleros:
Es una canción de Navidad, pero tambien es una canción de amor que una mujer -podría ser un hombre, yo mismo-, le canta a su amado en hora de desconsuelo, desamparo, qué sé yo:
lloran penas que yo estoy pasando
desde el primer día que te he conocío
porque en tu querer tengo puestos los cinco sentíos
y me vuelvo loca sin poerte ver
Es un villancico muy hermoso, y aquí la versión de José Mercé:
2- Luego, siemrpre me ha gustado mucho la canción del tamborilero, en España cantada por un amanerado Raphael:
mas tú ya sabes que soy pobre también
y no poseo más que un viejo tambor
Y la canción original:
Y aquí estos dos, haciendo esta versión de amiguetes, tan agusto:
Pero emociona igual, ¿verdad?
¡Feliz Navidad a todos!
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