sábado, 18 de julio de 2009

Long Play. Segunda Canción.

¡Oh, musa!
Dame el adjetivo exacto para cada emoción.
-Lo llevas claro, Platerito. ¿Segunda canción? Lúcete, Lucerillo, que la luz te haga lúcido.
-Tú lo has dicho: Luz.
-Déjate de gaitas, segunda canción, venga, caña, ¡arrr! ¿Intérprete? ¿Título?
-Luz, de la tierra de las gaitas.
-Me doy el piro y que te inspire quien te aguante. Diálogos para besugos no son literatura, ya pasó la época Ionesco.
-Intérprete, la asturiana Luz Casal.
-¿Razones para salvar de la pira del vinilo este otro antojo tuyo?. ¡Mira que eres caprichosillo!
-Buen gusto y elegancia. Allá donde pone el gusto pone la voz, la mejor voz del lugar nacida a la vera del lagar. Un puñado de buenas canciones, emotivas y bien escritas. Sabe escoger, entre otras virtudes –y anda sobrada de ellas-, tiene la buena costumbre de dar en la diana, en el centro del corazón, o del alma, que no es lo mismo pero es igual. En el trabajo, por ejemplo, cuando en la radio sonaba su voz como un paréntesis como un oasis en la cadena de duerme conciencias al estilo hilo musical, dejaba el cuchillo cebollero sobre la tabla de cortar cebollas, subía el volumen y seguía llorando picando hortalizas. No hay oficio en el que más se llore que en el de cocinero. Poetas y cocineros, los más llorones. El cocinero porque pica cebollas…
-… y el poeta porque le pican las cebolletas de tanto amor contenido. Y a tí que se te juntan el hambre con las ganas de comer… Vamos, lágrima doble, decídete.
-Difícil escoger, tengo en la mesilla de mi noche del alma una docena de sus temas.
-¡Elige la que mas te guste!
-Imposible, juicio salomónico. Pero hay una que en los últimos tiempos escucho y tarareo una y otra vez.
-¿Título?
-Lo eres todo, es una canción de las Vainica doble, genialidad al cuadrado olvidada en estos tiempos de Operación Fracaso. Es una canción de amor total, pero no como aquella otra que también podría incluir en este Long-Play, el Nos ocupamos del mar que cantaran Rosa León o Alberto Pérez. Si esta trata del amor completo, compartido y cooperador, al que no le hace falta nada porque es el ying y el yang, la union mística, la vida plena, una utopía; el Lo eres todo de Luz es la cara y la cruz en la misma moneda, lo real, Eros y Tanathos, el ni contigo ni sin tí, alfa y omega.
-Zzzzzzzzzz.
-Ronca, ¡oh, musa! Tu desnudo dormir es como la ronca voz sin ropajes de esta gran Voz.



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