jueves, 12 de febrero de 2009

El amor como negocio


No, este no es un post sobre la prostitución o sobre el "Cómo aman las rameras" de Balzac, que lo tengo en una estantería esperando a ser leído y comentado cualquier año de estos.
Este es un post sobre el 14 de Febrero, día de San Valentín, que resulta que era un curilla romano de Roma -redundando redundando este post ya va avanzando- que casaba a los soldados, transgrediendo la norma por la que en aquel tiempo la soldadesca tenía prohibidos los esponsales.
Pues resulta que a día de hoy -es decir, pasado mañana mismo-, el amor será una excusa para el negocio de grandes almacenes y otros comercios. Que no está mal, yo no lo juzgo, pero hay falta de autenticidad en todo esto...
Hace media horita estaba yo tirado en la cama echándole una ojeada a la revista del sindicato al que pertenezco, cuando mis ojillos cansados de madrugones y sueños tropiezan con un artículo en el que se da cuenta del caso de un trabajador de unos grandes almacenes (los mismos en donde currelé yo durante un añito en sus cocinas, con un sueldo inferior a los 600 eurillos más de diez horas diarias) que solicitó el traslado a otra ciudad porque se había casado y su consorte habitaba en esa ciudad. Todo bien, su expediente es bueno, intachable, todo va bien encaminado, hasta que llega la entrevista con el jefe del personal. Ante una pregunta sobre su esposa por parte del entrevistador, el trabajador aclara que no es esposa, que se casó con un hombre. Al jefe de personal se le cambia la cara y ofrece excusas, no hay plazas... El trabajador marcha, pero vuelve a por su paraguas, que se olvidó. Entonces escucha al jefe del personal: "estos maricones, quieren todos los derechos de la gente normal..."
Lo paradójico del caso está en que San Valentín parece un invento de estos grandes almacenes. En las semanas precedentes ya sea por prensa o televisión, publicita el amor como todos los años.
Si cualquier día de estos amaneciéramos todos con el gusto invertido, pues se jodió el negocio.
Ah, no, que para consumir todos tenemos los mismos derechos, sin importar la inclinación sexual. Poderoso caballero es Don Dinero, más que Don Amor y Don Trabajo.



...donde hay mucho dinero
hay mucha bendición...
(Arcipreste de Hita)

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