domingo, 12 de octubre de 2008

La Biblia de Jerusalén (II)


Bellísima canción, la de los Byrds, la letra está basada en uno de los libros más sabios y hermosos -¿inspirado por Dios?-, El Eclesiastés, uno de los únicos libros de autoayuda posibles, quizá junto al Tao Te King y algún otro de algún filósofo precristiano, y es que antes del año cero ya todo fue escrito, lo demás es rodar y rodar sobre los mismos caminos, nada nuevo bajo el sol, vanidad de vanidades querer innovar estrellas que no sean flor de un día.
Etcétera, hijitos. Ya dedicaré un día un post a estas páginas, para vuestro deleite y edificación intelectual, con provecho de vuestra maleada conciencia.
En La Biblia hay mucho de todo, mucha literatura, épica y lírica, epístolas y discursos, cuentos y novelas...
Y si hay que escoger una biblia, la de Jerusalén es cómoda y bien enriquecida con introducciones y notas a pie de página, aclaratorias e informativas.
Según dicen por ahí, es la biblia que leen los ateos, muchos literatos lo son, -ateos-, y es que es la que escogen estos por la contextualización constante de las páginas, señales por doquier para no perderse, aquí un paso de cebra, aquí una disección a cada florecica y verso.
Si yo fuera ateo me la compraría, y siendo crédulo y creyente ya me la compré, un día de San Jorge, 23 de Abril el año... ¿2003?
Llegué yo tan contento e interesante a la Casa del Libro de Gran Vía, con mis veinte euricos, la cola era larga y la cajera estaba rodeada de flores que regalaba a cada comprador.

Busqué, encontré, y amé. La edición más barata y pobre, pero edición de Jerusalén, que conste, azul de anochecida, Biblia de bolsillo pequeñuela y manejable, descuanjaringada que la tengo ya por Los Evangelios, entre Los Macabeos y Los Hechos.
La cajerea no me dio la flor -se debió pensar que era un casto curilla, ¡qué tonta!, al no comprar novela ni poesía, sin saber que El Cantar de los Cantares es cima poética, y que el proceso a Jesús de Nazaret no lo supera lo último en género judicial-, y le dije, oye, ¿y mi rosa -o era clavel-?, y me la dio, la única vez que una me regala algo así.
Esta noche comenzaré el libro del profeta Ezequiel, famoso porque es citado en la peli Pulp Fiction por un asesino que busca la redención en las Escrituras.
Los Profetas, esa sección blíblica deja pequeños a la muchos poetas, por su riqueza de imágenes.

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