miércoles, 30 de marzo de 2011

Carey Mulligan siempre está leyendo un libro en Nunca me abandones

Y yo me preguntaba, ¿pero por qué no huyen?
Dice una de las profesoras, la atractiva morenita de mirada extraña: "-Nunca seréis actores en América, ni ninguna otra cosa, no llegaréis a adultos, tendréis unos años de juventud, y ya "
Al día siguienta esta melancólica educadora desaparecería misteriosamente.


Príncipe Logan y Literatura
en minifalda
huyendo al Santuario
 Yo me acordaba de La Fuga de Logan, aquella serie, o aquella película, en la que los habitantes de aquella utópica distopía morían a los veintisiete años, con la promesa de una reencarnación. Hasta entonces estos jóvenes vivían en un paraíso de ocio y placeres. Pero se oye hablar de un santuario, y algunos huyen, se fugan, Logan se fuga con una muchacha con una volandera falda, muy corta.
Príncipe mirando
lo que oculta la Literatura
bajo su falda volandera

Así yo, desde niño, gracias a estas series estivales, alimentaría este sueño de la busca, de la búsqueda de un santuario para huir de esta asesina sociedad de juventudes. Para ello me hago acompañar de Literatura, gentil muchacha de falda volandera,  marilyn tentadora.
La semana pasada me fui solito al cine, para recuperar esa costumbre de primera sesión en la Plaza de los Cubos, o en Martín de los Heros.
Estuve viendo Nunca me abandones, y al igual que el año anterior por estas fechas cuando ví Una educación, volví a enamorarme de Carey Mulligan, inglesita de campiña inglesa.

  


Poco se puede decir de la trama de la película que no le robe su singuralidad de misterio, no voy a desentrañarte los sucesos, la temática, la congoja y todo ese espanto.
Los personajes, como resignados, aceptan su destino, no buscan santuario alguno.
El fuete de la película está en su ambientación y en el trabajo de los actores. Claro que también en el guión, pero de eso hemos dicho que no podemos hablar.
Tampoco conozco la novela en que está basada, y eso que las jubiladas que hacían cola conmigo -pues era martes, día de un euro para jubilados- ya la habián leído y aún dudaban si ver esta u otra peli, puesto que el libro les dejó con el espanto y la congoja.
Yo te digo: si te gusta el buen cine aunque salgas con mal sabor de boca y ánimo desazonado, vete a verla.
Es preciso ir al cine como un niño, sin saber de qué va la cosa, casi es como vivir, pues te imaginas que la acción irá recorriendo los previstos caminos de lo convencional y lo amable, y más que sorpresas de ficción te enfrentas a desengaños. Y luego más desengaños.
Cualquiera diría, al comenzar la película, que es película para niños: sus juegos, sus travesuras, sus conflictos, la alegría ante los regalos y ante todo la amestad como semilla de amor.
Algún programador cretino la pondrá cualquier Sábado o Domingo a las cuatro de la tarde y nuestros pequeños la verán con la curiosidad y el interés por la identificación con los personajes. Cuando se quieran dar cuenta se verán metidos en una de las peores pesadillas que soñarse pueda, tan real que tratándose de una película de ciencia ficción no usa trucos de cinecia ficción.
Es un terror psicológico, alimentador de paranoias. El niño que llevamos dentro, ante esta película, se angustia y madura demasiado pronto.
Es un tipo de cine muy maduro, y trata de lo dicho más arriba, quizá sea una alegoría de la sociedad asesina de juventudes.
Yo pensaba que, como en La Fuga de Logan, estos jóvenes dirían: no. Y luego recorrerían el mundo en busca de su santuario.
El No a esta sociedad psicopática es ya un buen paso para comenzar el camino machadiano en pos de algo, La Poesía, El Santuario, La Vida Verdadera.
Es un buen cine porque es cine que alimenta la paranoia, y en esta sociedad asesina, quien no es paranoico acepta, y quien acepta se hace cómplice de la barbarie.
No huyen, no, todos sabríamos después que en ese mundo no había escapatoria. Un microcosmos, un pequeño universo cerrado, una representación fatal del gran mundo.
Kathy es la dulce y generosa protagonista, tan solitaria con su gran amor arrebatado por la envidiosa amiga, Kathy es interpretada por una de las mejores actrices de nuestro tiempo, Carey Mulligan, y Kathy, ay, siempre está leyendo un libro.
Kathy es mi amor, con libros victorianos en sus manos. Kathy se toma un té y fuera llueve. Tras la ventana, su amor, con su mejor amiga. Ella está sola, mi Kathy, por no saber ser seductora, por saber ser sólo dulce y generosa.
Kathy lee también revistas pornográficas, y pasa las páginas con vertiginosa rapidez, luego se sabrá que se estaba buscando a sí misma.
Yo tengo frente a mí, en una estantería, libros así como los de Kathy, ricamente encuadernados, tapa dura, solapas victorianas.
Mi amor por la ambientación inglesa me hace a mí soñar con ser un caminante de campiña inglesa. Desde Jane Austen hasta Downton Abbey, desde Oscar Wilde - el irlandés que fue inglés por reventar las convenciones- hasta el Earl Grey, el té de mis lecturas de poemas.
El poeta Keats, el poeta Wordsworth, el poeta Coleridge. Y Byron que abandonó la campiña para morir en Grecia. Y este muchacho que a falta de campiñas tiene un jardín inglés, por crear la ilusión de lluvias y tardes soleadas. O la ilusión de las penumbras, rincones muchos, rincones de sol, de sombra, hierba o fango.
Carey Mulligan, Kathy, va a cuidar a sus enfermos y lleva siempre un libro, se sienta y abre el libro.
Uno tiene la ilusión de que Kathy va a salvarse al menos, pero, ay, ni ella se salva.
Carey Mulligen, además de ser atractiva, es buena actriz. Ella se transforma en el papel, y le van los papeles de chica inteligente, madura para su edad. Como en Una educación.
Le van más los papeles de chica enamorada, más de chica que se deja amar, y eso es importantísimo.
Luego está Keira Knightley, la guapa que le roba el novio.
Carey Mulligan, carita de duende
A Keira Knightley le van más los papeles de una sóla faz, no muy complejos, como en Orgullo y Prejuicio. Papeles amables, o chica descarada novia de un pirata bueno. Aquí tiene un papel trágico, y no es creible.
De Carey Mulligan, carita de duende, sin embargo  nos lo creemos todo.

Anexo

Escena de campiña inglesa, paseo con su amado.



Escena con un libro en las manos, el libro de dibujos de su amado.

No hay comentarios: