viernes, 12 de marzo de 2010

Miguel Delibes y los libros de Miñón



Cuando era niño me regalaban muchos libros, sobre todo por Navidad, no podía faltar en mi lugar, junto a algún juego de mesa, algún tomito que a buen seguro devoraría en los próximos días. Entonces sí que leía de verdad, y entonces sí que me afectaba lo que leía, quizá de espíritu, porque la razón ya sabía la diferencia, pero algo en mí se creía la letra escrita. Y no dejaba, como hoy, los libros apilados en cola de espera.
Llegaba a leer dos libros al día, cualquier día de las vacaciones de Navidad. Por la mañana Feral y las cigüeñas, y por la tarde El bolso amarillo, de una tal Bojunga Nunes -sonoro nombre que se me quedó grabado-.
Aquellos días también leí Danny campeón del mundo, de Roal Dhal.
Eran habituales los libros de la editorial Miñón, reconocibles por los cuadritos en la portada, nunca faltaban en los escaparates de las librerías.
Coleta la poeta, de Gloria Fuertes, cayó una Navidad, me lo leí en un pis pas.


Unas navidades me regalaron, de esta editorial miñón, Mi mundo y el mundo, una selección para niños de la obra de Delibes, escogida por él mismo.
Eran dos partes, Mi mundo estaba compuesto por capítulos de su obra de ficción, como La sombra del ciprés es alargada o El camino. El mundo eran crónicas de sus viajes, recuerdo un capítulo sobre Nápoles y otro sobre una ciudad de Estados Unidos, creo que Nueva York, y tengo aún grabado el relato de su odisea por encontrar un buen café, cargado y contundente, para beber casi de un trago, como hacemos los españoles e italianos con el café expreso. Al final lo encontró, pero ¡oh, sorpresa! En un gran tazón, no en una tacita. Y es que los americanos lo hacen todo a lo grande, concluía Delibes.
Era una selección para niños, cierto, pero tenía todo el contenido maduro de esta literatura enormemente adulta de este gran hombre que se nos fue ayer. Libros como El camino son buenos libros para los niños, indican el camino de la madurez sin ñoñerías.
Pero este libro lo leí completo más tarde, de adolescente, cuando aquel primer dolor literario -con lágrimas- me parecía lejano, y cosa de niños.
El primer fragmento seleccionado era un capítulo de La sombra del ciprés es alargada, en la que uno de los personajes enferma y vomita sangre.
No tenía yo más de diez años, dejé el libro aparcado, con una atroz angustia vital al leer algo que sonaba tan veraz, que era real, vivible.
Y no esa sarta de mentiras encadenadas que solemos leer, ya de mayores, porque no hay ficción que por muy realista que presuma ser sea una distorsión, una distancia.
Miguel Delibes fue el primer maestro literario que tuve de esa franqueza real, sin distorsión ni distancias.

5 comentarios:

Gabs dijo...

No has podido homenajear mejor a Delibes que con este tierno post, cachito de esa infancia de hambre lectora :)
Me reconozco en tí, solo que los libros que me regalaba Papá Nöel eran del Barco de Vapor ;)
Qué grande Delibes, que descanse en paz, mullido entre millones de letras blandas y amables...
Besote de plebeya para un Príncipe

Hilvanes y Retales dijo...

Somos muchos aquellos que descubrimos la belleza de la palabra escrita en la sencillez del estilo, la desnudez de la pluma de Delibes.

Desconocía la existencia de la Editoria Miñon. No así la de Barco de Vapor. Como no:

- Cucho
- Pim Pam Pum fuego
- El pirata garrapata

Antes leíamos cosas que ahora nos parecen más inteligentes que todo lo que leemos en el presente.

Es cierto que ahora acumulamos libros y libros y la mayoría sin leer. A mi también me pasaba que todos los libros eran leidos...y luego buscando encontrar nuevos libros...regalos, biblioteca, bibliobus...y todos caían...pero ahora...pilas y pilas y pilas...

Leíamos a Delibes, a Cela, (a Umbral no), a Baroja, Alarcón ...

El clavo era uno de mis favoritos, o las Crónicas del Sochantre...o Marianela...

Qué nostalgia de todo aquello...hasta de los libros de Senda...

No recuerdo todos los títulos ni personajes, pero los libros de Senda...esos no se olvidan...los leí durante un montón de tiempo...

http://www.rosaspage.com/art/esenda3.html
http://perso.wanadoo.es/meacuerdo/libros.htm

Interesante la brecha que ha abierto usted...

El príncipe destronado dijo...

¡Gabs! Soy príncipe, pero destronado, así que también soy de la plebe, y proletario, que trabajo con estas manos pelando papas. Está mi lema: A la reconquista del reino que me fue arrebatado, je, je, je... Espero que el mal rollo de la ITV se haya pasado ya...
Hilvanes, aquellos libros, de Barco de Vapor, SM, Gran Angular, Molino, editorial juventud...
Jim Botón y Lucas el maquinista, Veva -¿alguien leyó Veva?- Reventones y alambretes...
Y el pirata garrapata, claro.
Los libros de Senda tienen un lugar especial en el corazón de mi memoria, o en la memoria de mi corazón. Pandora, Clavileño...
Gracias a las dos.

Hilvanes y Retales dijo...

Podría hacernos una crónica sobre lecturas del bachillerato...please...se lo agradeceríamos enormemente...y de paso, amplíe la crónica de la E.G.B.

Gracias Mil.

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

Usted sabe, Hilvanes, lo que me gustan los retos.
Eso está hecho, y hablaré también de las buenas lecturas de la universidad.
A mí, que me obligaran a leer, fue un placer, es como si me obligan a tomar un bocata de panceta, con mucho gusto.
Tengo muy buenos recuerdos.
Ahora me voy a tomar unas birritas por los madriles, a ver si entre mañana o pasado hago algo.