martes, 23 de marzo de 2010

La lluvia antes de caer, de Jonathan Coe

Podría estar toda la vida leyendo novela inglesa y sería tan feliz, sin precisar nada más que otro tipo de literatura. Claro es que también, si tan sólo leyera a Umbral, todo él una literatura, podría llenar las horas de lectura. Una vez terminada su obra completa, la relectura sería una de esas repeticiones de estilo que él manejaba tan bien.
Pero nada tienen que ver Umbral y la narrativa inglesa.
Me gusta lo inglés, lo digo constantemente, es un universo aparte, paralelo, donde el conductor siempre va en el lugar del copiloto, para demostrar que el resto del mundo conduce al revés.
Todos los lunes a la caída de la noche voy a la biblioteca pública, a ver las novedades. Casi todos los libros de nuevos autores que están tan de moda en este mundo blog, suelen tener ahí su sitio. Pocas veces cojo alguna novedad, y de esas pocas veces, rara vez la leo. Para autor novísimo ya me tengo a mí mismo, el mejor de todos.
-De Aluche no puede salir nada bueno -dirá algún sentencioso.
-En Aluche, como en Albión (y sin parecido alguno) vivimos en un mundo autónomo, paralelo.
Neoplatonismo lírico frente a la prosa lluviosa, empírica.
Ayer, en la biblioteca pública, mirando en la sección de noveadades, me enamoré de ese libro de Thomas Hardy. Lo estuve hojeando.
Fue entonces cuando pensé que podría estarme toda la vida leyendo a los ingleses.
O alternarlos con Umbral, que sería como mezclar la mantequilla con el aceite de oliva.
En el trabajo, o en casa, cuando cocino croquetas, hago una mezcla de aceite y mantequilla para la masa.
Y me salen cojonudas, quien las probó lo sabe.
Umbraliano e inglés.
O como si Enrique Jardiel Poncela escribiera los guiones de los Monty Python.
O sea.



He gozado de esta novela de corte clásico. Corroboro las buenas críticas que ha tenido.
El ambiente, la profundidad psicológica del tratamiento de los personajes, y la trepidente trama. Yo la leía en el metro, o en el autobús, encaminado a tomarme unas pintas, por ejemplo.
Corroboro las buenas críticas que ha tenido, como esta de Fresán:
http://www.abc.es/abcd/noticia.asp?id=12205&num=910&sec=32
Es una historia tan melancólica como una tarde de lluvia y frío, de esas en las que uno llega a la conclusión de que lo que sucede no tiene por qué tener sentido, pero que la existencia, como la propia Imogen, la niña ciega de esta novela, es inevitable.
Y tan magnética como este tema de Victoria de los Ángeles, que puede ser, y es, banda sonora de la novela, ingrediente fundamental de esta obra.
Gracias, Gabs, amiga mía, por esta novela formidable.



"¿Por qué estás triste?" "¿Triste"?, dijo Rebeca volviéndose. "¿Yo? No. No me importa que llueva en verano. Hasta me gusta. Es mi lluvia favorita." "¿Tu lluvia favorita?" Dijo Thea. Recuerdo que frunció el ceño sopesando aquellas palabras, y luego exclamó: "Pues la mía es la lluvia antes de caer." Rebecca se sonrió al oír aquello, pero yo dije (en plan pedante, supongo): "Pero, cielo, antes de caer, en realidad no es lluvia." Y Thea me dijo: "¿Y entonces qué es?" Y yo le expliqué: "Pues es sólo humedad. Humedad en las nubes." Thea bajó la vista y se concentró una vez más en escoger los guijarros de la playa; cogió dos y se puso a golpearlos uno contra otro. Parecía que el ruido y la sensación le gustaban. Yo seguí: "¿Entiendes entonces que no existe la lluvia antes de caer? Tiene que caer para que sea lluvia." Era una tontería explicarle aquello a una niña pequeña; casi me arrepentía de haber empezado. Pero por lo visto Thea no tenía ningún problema en captar la idea; más bien al revés, porque al poco rato se quedó mirándome y meneó la cabeza con gesto de pena, como si discutir aquellas cosas con una idiota estuviera poniendo a prueba su paciencia. "Ya que no existe", dijo. "Por eso es mi favorita. Porque no hace falta que algo sea de verdad para hacerte feliz, ¿no?" Luego echó a correr hacia el agua sonriendo abiertamente, encantada de haberse salido con la suya gracias a su propia lógica.

6 comentarios:

Gabs dijo...

No podías haber descrito mejor esta novela :"Es una historia tan melancólica como una tarde de lluvia y frío, de esas en las que uno llega a la conclusión de que lo que sucede no tiene por qué tener sentido, pero que la existencia, como la propia Imogen, la niña ciega de esta novela, es inevitable."

CLAVAO! (plas, plas -aplauso)

Creo q además me salpicó gotitas de melancolía, de esa que se cuela por los poros y te llega dentro. Me quedaba en la parra mientras, desde mi ventana, veía caer los copos de nieve fuera... es lo que tiene leer este libro en febrero :)

Ya sabía que te iba a gustar... en fin, una lectura de historias de mujeres traumadas en mucho más lectura, donde va a parar, jaja. Más si cabe si hablamos de la campiña inglesa :)

Como Thea, a mi también me gusta la lluvia antes de caer, por que no hace falta que algo exista para que me haga feliz :)

Para algo sigo creyendo en el ratoncito perez y en la paz mundial :)

Un besote, hermosura

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

Yo también. Y en los reyes magos.
Aunque aquel profesor de economía nos dijera que los reyes magos no existen. ¿Recuerdas?

Hilvanes y Retales dijo...

Yo me pasaría la vida leyendo a escritores españoles ... que sería de mi sin mi Jardiel, sin Umbral, Unamuno, La Gaite...El libro, en tanto no lo leamos, que a buen seguro terminaremos leyendolo, no sabremos de su melancolía, pero la música...jope...si estuviera ahora lloviendo...

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

En el libro explica esa música: es como si se abriera una persiana.
Claro que sí, uno podría estar siempre leyendo a las patrias glorias de las letras y ser tan feliz.
Desde el Arcipestre de Hita, Don Juan Manuel y Fernando de Rojas hasta Vila-Matas, Ray Loriga, Belén Gopegui y el Príncipe de ArroyoLuche (cuya naricita está en proceso de beatificación dado su martirio) hay un tesoro que no se acaba nunca.
Hace poco compré Amor y pedagogía, de Unamuno, ¿lo ha leído usted, lo ha leído alguien que me lea?

Hilvanes y Retales dijo...

Hombre!!!!!!!!Amor y pedagogía, uno de mis puntos débiles...faltaría más...creo que tengo un post en libro de Arena...lea lea ... y verá como no es tan dificil ni criar a un hijo ni hacer pajaritas de papel...ya hablaremos sobre este fantástico libro de Mi Don Miguel

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

Sí, es cierto. (o lo recuerdo o es el recuerdo de un sueño)
Y será grato y necesario hacer labor de archivos y pesquisas