lunes, 5 de septiembre de 2011

Un nuevo curso con propósitos e ironía



Oscar Wilde en Nueva York, por
Napoleon Sarony

Este verano estuve en Dublín y me acordé de tí.
A finales de Agosto comencé un post: Glosario de Ferragosto, donde te cuento, pero he decidido que no, pues hablo de Lo Prohibido, ¿cómo, qué es eso? Autocensura, contención: castración. Todo lo que quisiera decir y no digo, está prohiblido, se engloba en mayúsculas prohibiciones, diciendo así: Lo Prohibido.
Propósito para el nuevo curso, seré bueno. Seré un bloguero correcto, ni dulces ni grasas saturadas, mucho ejercicio y vegetales, carnes proteicas. Adíós, torrezno, adiós. Adiós crocantis, tú, mi dolor: tú: mi crocanti.
Como cuando niño, olor a goma de nata y libro de texto recién abierto, fragancia de tiza y pizarra, días nublados, monotonías de todas las lluvias tras la ventana. Las primeras peyas fueron en gimnasia, tres compañeros jugábamos a los contrabandistas, alejados de los silbatos de aquella profesora de gimnasia que tenía la cara picada de viruelas. Las segundas fueron en el bachillerato, saltándonos inglés para los futbolines, la litrona, la palmera de chocolate. Llegábamos medio borrachos a latín. Ego sum in taberna.
Libro de texto fragante y gomas de nata, sacapuntas de plástico, lapiceros de mina frágil. Propósitos de nuevo curso que duraban días, a lo sumo una semana, hasta que las tardes, largas, cada vez más cortas penetrando el Otoño hasta llegar al Invierno, tardes de procrastinación: mañana. Y ese mañana siempre fue mañana. Hasta que miremos el ayer con desconcierto, sin un hoy del que sentirnos orgullosos.
Pero no tanto. Me siento orgulloso de muchos hoy, ay, mañana ya vendrá, ayer se ha ido. Pero no te hablaré de mis orgullos: Lo Prohibido.
Blogueros dietistas, literatos nutricionistas, aconsejan. Yo seré un literato sano, un bloguero ejemplar.
Hablaré de libros, sólo de libros y de Literatura, quizá de cine. Adiós procrastinación, adiós litronas. In taberna quando sumus ya no, nunca.
Los libros leídos este verano, in biblioteca quando sumus. Alguna película, de Woody, in filmoteca quando sumus.
Haré como Cela, don Camilo, que se flagelaba hasta escribir al menos una página al día, con lágrimas via crucis hacia el nobel, ¡crucifícale!
Haré como Vargas Llosa, don Mario, que dejó de fumar y de beber porque le restaba tiempo para el sacerdocio literario via crucis hacia el nobel, ¡crucifícale!
In taberna quando sumus ya no, nunca.
En Agosto leí algo, te hablaré de ello. En Agosto Madrid se llenó de peregrinos, ya estaban los indignados. Festival de la juventud, los unos, los otros.
Yo me fui a Dublin. Y me acordé de tí.
Le dí un puñetazo a Joyce, le toqué las tetas a Molly Malone -Molly Melones, o sea-, charlé con Oscar Wilde que siempre te da la lección de la ironía, de las pocas que en Literatura puede merecer la pena. Oscar se acordó de tí, y me dijo que sí, que le leyeras, aunque pusiera todo su genio en palabra, y no más que talento en su obra.
Yo tuve mi festival de juventud también, festival de la carne: Lo Prohibido.
Pero para el nuevo curso seremos sanos, nos limitaremos, fuera excesos.
In taberna quando sumus ya no, nunca.
Aunque si quieres que te hable de Lo Prohibido, yo te hablo ...

Aunque si tú quieres que te hable de Lo Prohibido, yo te hablo ...

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