miércoles, 9 de junio de 2010

La Fotografía. Elogio del bufón


Hoy volví a esta fotografía tras ver el vídeo que me han mandado en un correo, mirado en principio con desgana, luego con interés creciente. Sí, es él, Dani el Rojo. Daniel Cohn-Bendhit, con histriónicas maneras bufonescas, en el parlamento europeo:


Así que, como en el post anterior, volvemos a tratar el tema de nuestros griegos contemporáneos.
De esta manera, equivocados o no, buscamos la oportunidad de expresarnos siendo inoportunos.


Al nacer, lloramos porque entramos en este vasto manicomio
William Shakespeare. El rey Lear


Este post, mientras lo meditaba en la ducha, iba a llamarse en un principio Elogio de la transgresión, pero surgían los fantasmas de los pepitos grillos que merecen nuestra atención: los bufones.
Uno de los personajes imborrables en las páginas de la literatura -en mis páginas, tú tendrás otros- es el bufón del Rey Lear. Ya dije algo de esto en el post sobre El mercader de Venecia que vuestras mercedes - ¡oh, elocuente y multitudinaria audiencia!- tuvieron el placer de degustar.
Un bufón no es tan sólo aquel que te hace reír, su papel es más importante, equivalente al loco -que nunca se calla, que siempre dice sus verdades sin vergüenza alguna-, es la voz de la conciencia, quizá la única que el augusto rey permite. Quizá, también, porque el bufón es el único que va a muerte con el rey.
Bufones los hubo siempre, y aún hoy existen, pervirtiendo las arbitrarias raíces de lo políticamente correcto. Un bufón siempre hace reír, pero también hace daño por ese motivo, como es el caso de Sacha Baron Cohen en el papel de Borat.
Está el caso de Jimmy Jump, un señor que va por ahí haciendo el capullo en eventos de diversa índole. Jimmy Jump sería un gran bufón si sus apariciones ocurrieran en serios lugares, como por ejemplo el congreso de los diputados. ¿No hizo lo mismo un tipo vestido de torero allá por Febrero de 1981? Salió en todo el mundo, y provocó una hermosa reacción en el pueblo, como si le despertara de un mal sueño. En estos días Jimmy Jump le restaría amargura a los sueños frustrados de Zapatero, sería su aparición una aportación más agresiva y eficaz que cualquier discurso de oposición -¡se echa tanto de menos una oposición en estos días!-.
Pero el personaje transgresor al que va dedicado el post de hoy es Daniel Cohn-Bendhit -Dani El Rojo- , que fue tomado en fotografía para la posteridad, para la eternidad, para el mito. Sucedió aquel Mayo del 68 francés que hoy matamos freudianamente, renegando de tanta utopía y tanto trono de imaginación.
Esta fotografía es La Fotografía, el gesto risueño más rebelde que cualquier bomba, el emblema, por siempre, que todo aprendiz de bufón ha de grabar en su corazón. Símbolo del enfrentamiento al poder coercitivo, sin necesidad de ser engendrado en violencia alguna.



2 comentarios:

Hilvanando dijo...

Independientemente de que no conozco los hechos ni al llamado Daniel, ni vi anteriormente la fotografía ... estamos ante la caida de una civilización...nos guste o no...

No me pregunte que tiene que ver lo segundo con lo primero...ni yo mismamente lo sé...

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

Claro que tiene que ver.
Hay un cambio de época.
Pero eso es algo que está sucediendo siempre, desde siempre.
Todo sucede tan rápido, y el individuo lo procesa todo tan lentamente...