lunes, 23 de mayo de 2011

Estoy hasta el coño


Estos días la Puerta del Sol se parecía a mi corazón, continente de multitudes, tan diversas.
Yo fui con la máscara marxista, pero no la una, si no la otra. Fui con el bigote que no tengo y con las gafas que no tengo y cigarrillo de liar en vez de un puro. El escepticismo de estos días sólo puede ser llenado con humor, ya que el amor huye como ninfa  y laurel, ya que el humor es la expresión enmascarada de un vacío.
Vamos, leemos pancartas, nuestros sueños no caben en vuestras urnas, si no nos dejáis soñar no os dejaremos dormir.
Buena es también esta que hizo el amigo que estaba más inspirado esa noche de Viernes:

Me gusta cuando votas porque estás como ausente.

Asistí el Viernes por la noche con mi gente de la universidad. El Sábado por la noche también estuve, solitario, después de escuchar buen rock en El Templo del Gato mientras un amigo de Valencia me decía el secreto de la buena paella. Simple arroz con pollo y conejo, con fuego de leña. Casi me pega cuando le pregunté si no le echaba pimiento rojo y verde. ¡No! Y esta paella mixta que tomamos los madrileños, tampoco, marisco y carne. ¡No! Al menos estuvimos de acuerdo en que lo mejor para acompañar el arroz es una cerveza bien fría. Le propuse también lambrusco. ¡No! Si acaso, me dice, un rosado, por ejemplo de Navarra, ya que a tí, David, te gustan los vinos de Navarra. Me contó después la cena que le pensaba preparar a una amiga para conquistarla, antes de exiliarse a las islas. Para postre le aconsejé unas cerezas, pues son muy sensuales. Dijo que serviría unas fresas.
En El Templo del Gato pusieron esta canción de los Beatles, que tanto me gusta porque me recuerda a tí, por tus manos. Si ya hicimos homenaje a tu voz, con una canción sencilla, así lo hacemos hoy con tus manos, con otra canción sencilla.
Luego quise coger el buho en Cibeles, para volver sentado, y me quedé sólo largo rato en la Puerta del Sol, por ver mi corazón de multitudes acampadas pidiendo ya una solución para su crisis.
Mi corazón está harto de tanta tomadura de pelo, mi corazón quiere algo verdadero. Mi corazón es puro, pero está aquejado de violentos y partidistas enemigos internos y de arribistas externos. Mi corazón se duele de tanto ser manipulado.
Mi corazón es tuyo, tómalo, no lo botes, vótalo.
Mi corazón ...



mi corazon es delicado
tiene que estar muy bien cuidado
trátalo bien si lo has robado
cuídame, quiéreme, bésame, mímame
Mi corazón, tan parecido al coño de esa muchacha que ví el Sábado a la noche, de unos diecinueve, veinte, veintiún años. Estoy hasta el coño, decía su pancarta. En el comienzo de la Calle Mayor, la gente tomaba partido o tomaba fotografías. La estrella era esta muchacha.
Estoy hasta el corazón de tanta incertidumbre.
Mi corazón que late, que late, con sed no sé de qué, quizá de chocolate, que diría el gran Carlos Edmundo de Ory.
El Sábado por la mañana también estuve, y uno de los organizadores decía por megafonía: por favor, necesitamos leche de soja y chocolate Paladín, que me quiero hacer un chocolate. Y traed también hielo, que hace mucho calor.
Mi corazón es así, caprichoso, con aroma de verbena.
Mi corazón, tan chiquito, como el tuyo, tan continente de multitudes, solitario.
Tu corazón ...

Coda

 

Talad, talad, que no descuelle el corazón
de música oprimida. 

2 comentarios:

Hilvanes dijo...

Yo pregunto: ¿es democracia que gobierne quien no fue votado por el pueblo?

Cuánto injusticia para el ciudadano, que ni su voto tiene poder ...

Uno de los nacimientos de la Filosofía fue la política... cómo hemos degenerado ...

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

Un voto es tan sólo una mota de polvo en el desierto.
Y encima, si esa mota unida a otras hace una duna, la duna se la lleva el viento.
Propongo una aristocracia como las de hace milenios. Aristocracia: el gobierno de los mejores.
Y los mejores son los filósofos, los científicos ...
Imagínese a Eduardo Punset gobernando España, junto a Savater, Trías, que sé yo, Mariano Barbacid ...