Después del gran éxito de 'Tormenta de verano' se pasa 10 años escribiendo 'El gran momento de Mary Tribune' (1972).Entre medias publico la colección de cuentos 'Gente de Madrid' (1967). No sé si 10, pero ocho sí me costo 'Mary Tribune'. Trato de que no me vuelva a ocurrir escribir una novela tan larga. Fue horroroso. No son cifras exactas, pero la primera versión debía tener 1.300 folios; la segunda, 900, y la tercera, 700. Gasto bosques de papel [...] En todo libro hay un fracaso para el autor, así se venda un millón de ejemplares y le digan que es un genio. En todo libro, y eso sólo lo sabe el autor, hay una diferencia extraordinaria entre el que se pensó y el que se ha hecho [...] Gracias a eso se escribe un libro siguiente. Si uno escribiese un libro que más o menos coincidiese con el que deseaba, probablemente no tendría que escribir otro. Escribes otro libro para borrar el anterior, aun sabiendo que no lo vas a borrar.
Podemeo ver a García Hortelano a la izquierda, junto a Gabriel García Márquez. Con ellos están, entre otros, Mario Vargas Llosa y Carlos Barral.
El gran momento de Mary Tribune es como un concierto barroco. De esa tradición compleja y de claroscuros, de sombras e iluminaciones, se nutren sus páginas.
Cada página, además, podría ser ejemplo de riqueza literaria.
No facilita la labor al lector, siempre dice las cosas de otra manera: dobles sentidos, ironías y sarcasmos, referencias mil, -muchas de ellas mitológicas-. Todo ello muy manierista, superando la claridad concisa, por ejemplo, de un Jarama ferlosiano, al que homenajea mencionándolo en alguna de sus páginas.
Si las cosas se pueden decir de otra manera, más brillante, ingeniosa, e inteligente, va Hortelano y lo dice, dejando al lector sin aliento pero no desalentado.
Hortelano el de los hallazgos... Si literatura es reflejar una realidad desde una perspectiva nueva, él lo hace.
La historia es lo de menos, mil historias cotidianas muchas veces sin interés, pero contadas con tal gracia y desparpajo, eruditamente, que el mal chiste clavará la carcajada.
En esta novela al menos Hortelano no es un contador de historias, narra el fluir alcohólico de un oficinista mujeriego y perezoso.
Me acordaba yo de esa película, Leaving las Vegas.
Me asombra que se pueda beber tanto alcohol en un día, de bar en bar, de fiesta en fiesta, de alcoba en alcoba el protagonista, narrador y víctima y verdugo de sí mismo, botella de ginebra tras botella de ginebra, en infiernos buscando una Beatriz y en odiseas retrasando aposta el encuentro con Penélope.
Estampas inolvidables, personajes dibujados con todas sus contradicciones mediante metáforas y símbolos, con sus referencias, ya lo dije, culturalistas, mitológicas.
Mary Tribune es una multimillonaria viuda americana que se liga al prota, se queda en su casa y le cambia la vida, o al menos lo intenta. El prota, narrador innominado, enamorado siempre de la misma -una ex- y cortejante de tantas, se debate de contínuo entre su libertad o la fidelidad a Mary.
Es genial cuando le da por imaginar a su amada, Tub, y a otras tantas, como si en las escenas que se narran fuesen al ensoñarse, personajes partícipes de la acción.
Yo echaré de menos este libro que me ha acompañado durante semanas, a una media de lectura de unas cuarenta páginas al día, con el obligado paréntesis navideño, donde la lectura, si uno trabaja y además se da a la orgía del turrón y las garrapiñadas, se ve relegada por las reuniones familiares, reuniones de amigos, resacas obligadas, compras sin tino y desatinos nostálgicos.
No me extraña, os doy mi palabra, que luego yo caiga una y otra vez en la tentación de las novelas gruesas, de bondades literarias infinitas.
Que cuesta leerlas, sí, pero ahí está un Quijote, una Rayuela, Detectives Salvajes, Vida e instrucciones de Uso, Conversación en la Catedral, Lavidaexageradademartínromaña, MaryTribune, novelasnoinferioresaquinientaspáginas, cercanasalasmil, complejas, juguetonas, deslumbrantes, a veces pesadas, pero siempre liberadoras. Novelascomolargosamoresquedejanmarca.
Tengo cuentas pendientes, dejé el Ulises de Joyce a las doscientas páginas, no pasé de la primera parte de En Busca del Tiempo Perdido ni del primer libro de El Señor de los Anillos. No me aburrían, no, pero los grandes libros son como grandes empresas, uno no se puede lanzar a ellas a lo loco.
Sin embargo me daré unas vacaciones de lector de continentes, y por unos meses me conformaré con islas de pocas páginas.
Tampoco yo le he advertido que a sus años no se debe leer tanto, ni beber tanto, ni ver tanto cine, para que luego, de viejito, no se le acumule a uno el apetito amoroso.
(Juan García Hortelano. El gran momento de Mary Tribune. P.798. Ed. B.
Juan García Hortelano -a la derecha- junto al poeta Vicente Aleixandre
2 comentarios:
Se nota que ha quedado usted agotado, porque el post resulta escaso para la lectura tan descomulca que nos parece dicho libro-novela-loquesea...
Pero no desanime al personal, hombre...
Mais... non!
Que dirían los franceses. O sea:
¡Pero... no!
Una obra no ha de ser reseñada o comentada en demasiadas líneas.
Es una obra maravillosa, un tesoro lleno de tesoritos.
Con eso lo digo todo.
Pero hay que tener la paciencia de un Charlot que se come hasta los zapatos por unas briznas de oro.
http://www.youtube.com/watch?v=mtZTIwSIuGw
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