domingo, 16 de agosto de 2009

El escritor y la pose



Posad, literatos, posad.

No en todos los países pueden presumir de haber tenido como directora de la Biblioteca Nacional a John Lennon. ¿O es que acaso perteneció Rosa Regàs a los Beatles?


Aquí otra Rosa, Rosa Montero, con carilla tímida y sonrisa de pilla. Lo que le gusta a esta gente posar rodeada de libros…


He aquí una excepción, toma chico de calendario recién paseado en harley, Ray Loriga marcando molla tatuada. Olor a sudor y gasofa, uouh!!!


Este caballero, sin embargo, tiene toda la pinta de ser pillado por algún vástago: papi, que me des el dinero del Domingo, porfis. O quizás, Don Rafael, señor Reig, por favor, por favor, fírmeme un autógrafos…


Y aquí Don Enrique Vila Matas. Una de tres: o es espía o detective, o se quiere hacer el longui para pasar desapercibido y no dar la paga a sus vástagos, o está haciendo uso de un urinario público.


Uno de nuestros literatos mas cultos… y horteras. Pere Gimferrer, que seguro que se viste así para que sus retoños no se le acerquen a pedirle la paga semanal. Yo también aspiro a tener talento para poder vestir como me salga de las vergüenzas y encima ser candidato al Nóbel.


No, ni es otra vez Gimferrer, ni siquiera es su hermano gemelo. Aunque quizá se pasen los modelitos a la hora del posado. Creo, eso sí, que Don César Vidal gana por goleada a Don Pere. La próxima vez que escuchéis a este señor por la radio imagináoslo así vestido y sin nada debajo del abrigo, ya veréis el subidón de adrenalina que os espera.


Doña Carmen Posadas sujetando su nombre o su ego, que viva la autopromoción. Lo que no sé yo es si Alberto Ruiz Gallardón habrá dejado también sin trabajo a esta mujer-anuncio, como hiciera en su momento con los trabajadores del centro de Madrid.


Marujita Torres haciendo oposiciones a Duquesa de Alba. ¡Por fin hallamos el secreto de sus peinados! Se peinan con un toldo. Este afoto es una alegoría de la tentación del suicidio.


A Lucía Etxebarría , sin embargo, no le hace falta ni peinarse ni vestirse. Hace bien, para no caer en la tentación suicida de Maruja Torres, Pere Gimferrer o César Vidal. Aquí la vemos firmando ejemplares de todas sus obras en la puerta de un convento de frailes dominicos.


Juan José Millás con cara de cabreo porque tiene que leerse todos esos libros que hay detrás suyo. O lo mismo esta haciendo yoga. O quizá esté firmando ejemplares de todas sus obras y ese careto de pocos amigos lo pone porque la Etxebarría sí que firma que da gusto y él no se come un rosco. Pero no se preocupe, don Juanjo, que usted está muy guapo así vestido. ¡Que clase, yo también quiero ser elegante!


¡Y he aquí el rey de la Isla de Redonda! Javier Marías es, desde hace mazo años, el que más y mejor posa para el Parnaso. Comparen a este señor y a Juan José Millás con César y Pere. Y oíggghhhhsss, lo bien que les sientan los libros como fondo a todos estos lumbrerillas.


Este señor, Fernando Sánchez Dragó, es lo peor de lo peor. Eso de hurgarse los dientes con el boli después de zamparse un galdosiano cocido madrileño de tres vuelcos no está nada bien. O lo mismo lo que lleva entre los labios es una cerbatana para dispararle a Juanjo Millás, que por eso está tan seriote.


Este hombre es uno de esos frailes dominicos que quiere que Lucía Etxebarría le firme algo. ¡Ah, no, que es Carlos Ruiz Zafón! En el cementerio de los libros olvidados, seguro, y voy yo y me lo creo.


Don Arturo Pérez Reverte, con el carajillo numero veintidós. ¡Cuidao, que se cae, don Arturooo! Que alguien me le sujete, oigan.


Que otro comente este afoto que yo no tengo palabras. Anonio Muñoz Molina entre las nubes o el tío manazas o el coco o el hombre del saco o el hombre lobo o qué sé yo. Miedo, pavor, huyamos, criaturitas. La próxima vez que dé de comer a un niño, si no come, le amenazaré con que ese tipo va a venir a llevarle a un lugar muy siniestro.


Esta señora es una madre que mira con orgullo cómo su hijito se lo come todo, después de enseñarle la foto de Muñoz Molina. También da una cierta impresión… como de literata atendiendo en una carnicería, ¡no!, es una tendera atendiendo en una librería. Me recuerda a Almudena Grandes, ¿a ti no?


Este señor está leyendo con cara de aburrimiento un libro de Juan Manuel de Prada.



Y este tipejo con gorrita de mariquituso marinerito genetiano es el Príncipe de ArroyoLuche, alias petimetre. Pero no se confundan, es una pose. Siempre a su servicio, señora. O señorita.



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2 comentarios:

El Ozonopinador dijo...

POner a la Echevurrendía o como se llame tiene delito ...

vaya tela marinera ... o mariconeti...como se prefiera...

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

Es que doña Lucia de Etxevarria Lopez Gamusino Garmendia tiene muy buenas...
... manos para escribir cosas.
Le recomiendo encarecidamente algunas obras de esta señora, o señorita:
-La casa de Bernarda Alba.
-La Regenta.
-Charlie y la fabrica de chocolate.
-Madame Bovary.
-Trilogia de Madrid.
A mi me gustaron mucho, esta mujer es muy habil para eso que llaman cambio de registro.
Y a mi que me registren.