1. Epifanía.
Mañanitas de Domingo, en las que si no hay demasiada resaca me ocupo de mis labores, las propias de la casa y de la persona, en lo que toca a la edificación del hombre que seré el día de mañana y a la limpieza de esta vivienda que podría ser una pocilga si no se la cuidara con esmero, de lo grande que es.
Y eso que la casa no es mía, fijare tú si algún día tengo casa propia, mas limpia que un palacete-museo la iba a tener, para que los turistas-amigos, cuando vayan a verme digan: mira David que curioso nos lo tiene todo.
Terminadas las ultimas paginas del Dietario Voluble, de Vila-Matas, estaba yo fregoteando los cubos de la basura, con especial atención al de la basura orgánica, que ahora con el calor se da a la fermentación de residuos que da gusto, o, mejor dicho, asco, siguiendo el ritmo de las canciones de la primera radio-formula que he pillado, cuando surge de pronto para mi excitación la afrodisíaca voz de Mai Meneses en la canción del verano, que también lo fue de la primavera, el invierno, y el otoño, que a todas horas esta y en cualquier esquina se apoya, como ramera canción corruptora de mancebitos tiernos como yo:
Y en esto que en mi aturdimiento caigo de hinojos –si no esta bien escrito que venga Ricardo Senabre y me pegue- y rezo a Venus Calipigia, musa golfilla y pilla, emperatriz desdeñosa y cruel:
-¡Oh, musa! Haz que el día de mañana yo sea un literato como Enrique Vila-Matas. Si quieres te seré más fiel que el mismo Umbrales.
-Niño, que Vila-Matas y Umbral no pertenecen a la misma mafia literaria. No se reconocen el uno al otro en sus memorísticos libros. Seguro que para Don Francisco Don Enrique es uno de esos angloaburridos, y en el dietario voluble Don Enrique no hace mención alguna al fallecimiento de Don Francisco.
-Me la pela, Canela. A mis diecinueve años tengo aspiraciones y afanes y energías de sobra para ser un empedernido lector, un monje de las letras, un eunuco follarín y todas esas cosas que son los grandes de la literatura.
-Pues macho, a los diecinueve años el cojo Rimbaud ya lo había hecho todo, a ver a que aspiras, con diecinueve casi en cada pata.
-A casarme contigo, a una unión plena en comunión con tu carne lozana, Lozana.
-¿Otra? Me vas a destrozar con tanto ímpetu, busca una novia o algo, que yo sola no valgo para inspirar al Vila-Matas, al Amos Oz, al nocillas, al falcones, al zafones y a ti juntos, cojones.
-Jooo, vengaaa…
-Que te den por el ojal, chaval. Toma el portátil y haz los deberes, ¡oh, esclavo! Nunca serás liberto, tú lo has querido.
2. Dietario Voluble.
Y marcha dejando su aroma a fruta y leche fresca, su calor de vientre fecundo, el recuerdo de su imagen como estampa de una promesa o una añoranza que busca su permanencia en un constante presente.
Uno lee a Vila-Matas y siente una envidia impotente, como la que siente el niñito que aún no da sus primeros pasos y ve a su padre tan alto y tan suelto en sus gigantes zancadas.
Este señor es un señor que cita a otros señores que citan a otros señores.
Viaja constantemente, es un hombre muy ocupado, pero no en negocios y contratos de empresas y comercio, si no en las cosas de libros y escritores.
Una cita atrapa a otra cita, y un viaje encierra otro viaje, en meses que a veces son como matriuskas, las páginas del señor Vila-Matas no se acaban nunca, no tienen origen ni final.
Vive en su casa de Barcelona, vive en hoteles de todo el mundo, vive en casas y estudios que le prestan los amigos.
Narra sus peripecias, pero siempre a través de la literatura, peripecias que a veces son casualidades unidas a lecturas y misteriosas llamadas de amigos. Hay que decir que es amigo de Paul Auster, al que ya le tengo dedicado un post, y todos los que hayan leído a este mago del azar sabrán que las casualidades juegan el papel fundamental en su obra.
Hay algo que no hay en este dietario: nunca habla de comida ni de sexo. Sin embargo un día dice que al día siguiente se casa, como quien se va de caza o se va de casa a un papeleo sin más importancia que la de cualquier trámite burocrático. Yo, personalmente, echo de menos frases como: tiernísimas carnes bien aderezadas, sabrosos guisos sazonados por manos sabias, y expresiones tales que suelen decir los escritores viajeros para darnos envidia.
Es una obra inmensa y caudalosa, y sin embargo sobria como un hombre vestido de negro.
Tiene elementos cómicos y elementos emotivos.
Dispara o lee en el fondo del alma, que no es lo mismo pero es igual, porque quizá leer a un hombre sabio sea como dar en la diana de la existencia.
No, no voy a citar las citas del señor Vila-Matas, aunque pienso ponerme una pizarra frente a la cama para escribir en tiza ciertas máximas de grandes hombres que no quisiera olvidar.
Estoy de acuerdo con la muchacha que me recomendó el libro, es para releer. También es para subrayar, pero yo, ¡ay de mi! Lo cogí de la biblioteca pública. Tendré que sustraerlo de alguna librería o de la casa de alguien, de manera vil y literaria, con antifaz a rostro descubierto. Menuda cara.
Me ha gustado que en el Dietario se hablara de Cirlot, y de su ciclo de Bronwyn, cuando trata de esos amores que se encuentran pese a la diferencia de siglos y se desencuentran a costa del innegable tiempo.
También me ha emocionado que hablara de un señor al que yo he citado mucho en otras bitácoras, Hugo von Hofmannsthal en su Carta de Lord Chandos, con aquello de:
Las palabras se me deshacen como ceniza en la boca.
Enrique Vila-Matas es lo que llamo yo un escritor MUSA (motivador universal de la sabiduría y las artes), es decir, un incitador, un instigador, un provocador, alguien que despierta la curiosidad por el conocimiento y los objetos y juegos literarios. O sea las fichas y sus reglas.
La impresión que deja su lectura es la de un amor supremo por la literatura con todos sus atributos y circunstancias.
Ficción, máscaras, Kafka, Pessoa, Borges, Rimbaud, autenticidad, vocación, enfermedad… todo esto y más, qué menos que más, donde todo cabe en la vida de un hombre de hambre. Para llenar el vacío a base del vicio de las letras y las artes.
A favor del pensamiento y no de la acción, cuando cita a Flaubert –lee tú el libro y busca tú la cita-. Es ante todo esa preferencia por las terrazas, las ventanas, los miradores, los belvederes…
Don Enrique, gracias por las iluminaciones, y por estos descubrimientos:
Venus Calipigia, la de hermosas nalgas, diosa adorada en Sicilia y en Manicomio, ¡menuda mafia!
4 comentarios:
ESTIMADO LECTOR, YA HE HABLADO CON EL ADMINISTRADOR DE MI BLOG, PARA QUE LE INCLUYA EN MIS BLOGS FAVORITES, MY FAVORING THING... O COMO SEA...
Venerable anciano:
Ande con ojo con los administradores, yo que usted no me fiaba un pelo de su nevada pero aun tupida cabellera.
Pasaré a narrarle lo que le aconteció con un administrador al primo hermano del cuñado de la ex novia de un vecino de un íntimo amigo de un tío abuelo mío, que por cierto, ganó algún juego floral en una aldea del sur meridional llamada Cazacullos de Boyullos –no se moleste en buscarlo en el google maps, desapareció con la ultima flatulencia de un torete semental que envejecía feliz de su brava prole por los pastizales colindantes-:
Pues resulta, se da el caso, se dice, se merienda, se rumorea, que un tal don Antón de Félix de Reverenciana López, conocido en el lugar por “el Pedrete” - para diferenciarle de su abuelo Pedro y de su padre Pedrito-, muy ducho él en las alabanzas de villa y corte…
Disculpe, llaman a la puerta, a buen seguro será Bernardina, la vecinita del cuarto derecha, muy bien alimentada zagala de carnes turgentes, que viene a ofrecerme un vasito de gazpacho de parte de su tia Ricarda, que me quiere pero que muy bien porque dice que jóvenes tan gallardos como el que esto escribe ya no quedan en la casa.
Así que buenas noches.
Descanse en paz.
Nosotros los administradores, en nombre propio y en el de nuestro representado, estamos meditando qué hacer puesto que ha perdido todos los puntos ganados mediante el presente comentario.
Para recuperar parte, que no todos, de los puntos que en su momento le fueron atribuidos, deberá esmerarse y publicar un comentario a La vida instrucciones de uso.
Ahy!!! esta juventud ...
Aqui tienen el comentario, señores mancosmanidos, y al menos me den 3000 puntos, que ni he bebido alcoholes ni he superado los limites de la velocidad y el tocino:
"La Vida Instrucciones de Uso tiene 600 paginas, tela, es rojo, tela, esta escrito por un frances, tela, llamado Georges, tela, apedillado Perec, tela.
-Vaya tela, muchacho -diran ustedes-.
Pues si, vaya tela, señorias.
Espero, una vez leido el gordezuelo libro, comentarles el tapiz. Y asi ya ocupar mi pequeño trono de pequeño principe en la bitacora del señor E.V.M.
Duerman, mientras tanto, tranquilos.
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