martes, 7 de febrero de 2012

Esta noche las calles están llenas de actores


Maybe you did, maybe you walked Maybe you rocked around the clock Tick-tock, tick-tock Maybe I drive, maybe you walk Maybe I try to get off, baby Hey kids, where are you? Nobody tells you what to do, baby
Durante los cinco minutos que tardarás en leer este post, seré tuyo, antes y después, búscate la vida.
Es otra manera de prostitución, como otra cualquiera, que un día no muy lejano aprendí en una sala de cine, primera sesión, cines Princesa.
A nuestro hombre le pagan por conducir, y que a nadie se le ocurra pedirle cuentas antes o después del tiempo convenido.
Excelente e imperturbable Ryan Gosling en Drive, aunque el oscar irá para un emotivo George Clooney en Los descendientes o para un carismático Jean Dujardin en The artist.
Así son los ceremoniosos oscares de jodiwood.
Aunque claro, yo fui por ver si mi Carey Mulligan, carita de duende, me enseñaba algo.
Ya que estamos navegando por turbulentas aguas literarias del fin de la tierra, allá donde un apóstol asentó su camino, podría atormentaros con la prosa torrencial de don Gonzalo Torrente Ballester.
Ya tuve bastante hace un año con James Joyce, por favor, cómo se me ocurre meterme en las venturas y desventuras de los JB.
¡Veciños, veciños, roubaron o Corpo Santo!
Con el Ulises a veces me pasaba lo que me pasó hace dos veranos con un americano, que me hablaba y me hablaba y yo asentía y de vez en cuando le decía: no entiendo, no sé muy bien theinglishlaguage, y él se reía y seguía con su parloteo animoso. Torrente Ballester escribe en castellano, en muy buen castellano, y no se complica en construcciones complejas. El problema de don Gonzalo es que va de un tema a otro y de unos personajes a otros sin previo aviso y llega un momento en el que no sabes si estás leyendo una saga, una fuga, o una orgía de ambas dos sin dos ambas orgías.
Por cierto: muy buena lectura, endiabladamente divertida. Y más difícil que Joyce.
No se acaba este blog sin que termine suicidándome con la lectura de Larva, de Paradiso, de Volverás a Región.
Siempre hay un más difícil todavía.

The artist. Historias mudas para tiempos ruidosos.



Era necesaria. Un soplo de aire fresco. Tan antígua.
Historias del buen claqué, que es el baile flamenco de los yanquis.
Una música soberbia. Una obra maestra.
Una nostalgia extrema de lo que ya no se podrá ser más nunca, cuando llega el cine sonoro, o te reciclas o qué.
Hay un claqué literario de mis dedos como pies saltando el suelo del teclado.
Hubo un cine en blanco y negro como hay hoy un temperamento melancólico y decadente en blanco y negro. En blanco y negro no sabías si la prota se ruborizaba, ni si el malo se ponía amarillo. En blanco y negro uno ha de imaginarse los colores, al igual que en el cine mudo uno ha de imaginarse las palabras con la guía de los gestos de los personajes.
La vida es muda, la vida es en blanco y negro, y somos nosotros los que tenemos que ponerle palabras al silencio atroz, y color a la vida gris.
Fui a verla con gente de la universidad. A una de mis amigas no le gustó, me recomendó Drive, me la volvió a recomendar días después, cuando fuimos al teatro a ver una obra donde un chico homosexual y una chica heterosexual  comparten casa y se quieren suicidar juntos. Follan. Ya no se quieren suicidar.
Drive me la recomendaba todo el mundo.

Drive. Bajo el signo de escorpio.



Además de una canción de los REM, Drive es también una película de acción y mafia, igual de impactante y magnética que la canción.
Nuestro muchacho se caracteriza por no cambiar la expresión de su rostro, siempre bondadosa, casi neutra, sin nervio. Lleva siempre una cazadora con el dibujo del escorpión: su naturaleza, como dice el chiste.
Quien sepa algo de astrología ya sabe cómo se las gastan los escorpiones, ya te pueden estar sentenciando a muerte o te pueden estar amando con locura que el gesto es el mismo. Además, han elegido como actor a un escorpio.
Tienen mala fama los escorpios, pero yo sólo he conocido a buenos escorpios, o es que todos son buenos. Lo que ocurre es que sucede como con las buenas novelas: si las lees mal, te envenenan, si las lees bien, te curan.
Dostoyevski y Stevenson eran escorpio, y sólo un escorpio puede escribir El doble o El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde.
Carey Mulligan, que siempre está leyendo un libro en Nunca me abandones, aquí despierta el amor de nuestro muchacho. Ella es fresca y dulce y buena. Ella es su vecina. Ella está casada con un ganster.
Es una película de acción y mafiosos. Trepidante. Sin aliento.
Hay una chica pelirroja y peligrosa. Mafiosa. Se mete en problemas. Está muy buena. No es mi vecina.
Mi vecina es Carey Mulligan, y tiene un hijo. Juntos vemos los dibujos animados. Ella me ofrece un vaso de agua fresca.

Los descendientes. Los adolescentes.


Instrucciones para leer estas líneas:
Ver el vídeo Los adolescentes del grupo Dënver, aquí más abajo. Más allá de intenciones sicalípticas, es esclarecedor para la comprensión de la mente adolescente.



Los adolescentes son raros. Los adolescentes no son de este mundo. Los adolescentes son personas que han sido poseídos por alienígenas durante unos pocos años. Luego despiertan y se casan o no, son banqueros, políticos, cocineros, escritores, parados, músicos, horticultores y sacerdotes. Yo trabajo con adolescentes: yo lo flipo. ¿Yo fui así? No, no era yo, era un ser venido de una novela gallega de Gonzalo Torrente Ballester.
Bueno, la peli trata de un atractivo padre con cara de georgeclooney que se vee en el deber de lidiar con dos hijas de primera y última adolescencia. Y con un pseudoyerno más adolescente todavía, por lo tanto, más alienígena y extraño ser. Yo haría una segunda parte con este yerno como protagonista, sólo por ver cómo termina el suegro y si sigue teniendo cara de atractivo georgeclooney.
Muy bueno el trabajo actoral.
En Hawaii sucede, donde todos llevan camisetas hawaianas y un molesto musiqueo a ukelele lo solivianta todo, sobre todo a los púberes del lugar. Cada lugar sus músicas, Gonzalo Torrente Ballester, al igual que James Joyce, celtas geniales, escucharon muchas gaitas en su juventud. Y eso se nota luego en su lluviosa prosa, como calabobos en días de nubosidad variable.

Coda

-Y usted, de más joven, ¿qué escuchaba?
-Yo miraba, a Patsi Kensit. Las calles están llenas de actores esta noche, ¡quitad esos perros de aquí antes de que me muerdan! Iría a cualquier parte, cariño, ¡no tengo miedo!
¡I´m not scared!



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