lunes, 11 de abril de 2011

Ir al teatro una tarde de verano del año 2011




¿No lo llaman Festival de Otoño, siendo Primavera? Ya puestos a cambiar las estaciones al antojo del programa y de los títulos, yo tengo un capricho, y hasta lo meteorológico me apoya.
Yo voy a vivir una noche de invierno en el estío, y en el Otoño viviré el empeño lozano de la flor de Mayo y la melancolía joven sin mácula de la lluvia de Abril enamorada.
Yo tengo un capricho, capricho de príncipe y señor de mi tiempo: vivir la juventud del beso apasionado y el pensamiento feraz del sabio maduro que mucho ha vivido y mucho ha leído y mucho ha viajado. Pasarse la edad biológica por el forro, cuando la cultura, la civilización que dirían los franceses, no es más que una invención pactada, ¿por quién, hacia dónde? Yo pacto conmigo mismo la edad y la estación que se me antojen. Y a quien no le guste, o le parezca descabellado, que no mire y se haga esclavo de imperativos ajenos.
Me llamo David, tengo diecinueve años, puedo sentir en los huesos, en un día, todas las estaciones. Es un antojo que tengo, un capricho, mi debilidad.


... tú lo sabes muy bien, estás muy enterada ...

(En las próximas horas haremos el post, a ver qué sale, si niño, niña, o sirimiri)

12-Abril-2011

Mientras preparo mi declaración de la renta escucho en Spotify lo último de Sr. Chinarro, me gusta bastante, tanto el resultado de la renta como el disco. Me gusta, sin embargo, más el disco, puesto que los euros que devuelve hacienda se gastarán, mientras que la música no pasará. Y, los euros, no son demasiados. Y, la música, es demasié.
Te pondré alguna canción para que la disfrutes.
Esta le gustará a mis lectoras:




Esta me gusta a mí.



El madrugón de esta mañana me ha sentado muy mal. Pero luego en el trabajo, en un descanso de unos minutos bajo el sol del mediodía, me he reconciliado con los alrededores. He aceptado el cambio de tiempo radical: no me he puesto camiseta interior bajo el uniforme de cocinero.
Después de la siesta he comenzado el post, luego he hecho compra.
Delante de mí, un señor mayor, bajito y elegante, llevaba un pin con una bandera: la bandera republicana. Ha pagado su nestea y su ketchup, y llevaba un pollo asado y oloroso en una bolsa, comprado fuera del híper. Seguro que para la cena. Seguro que este señor republicano hoy cena pollo, con ketchup y regado con té frío.
Ahora voy a cenar yo. Luego sigo.

11-Abril-2011
Fiona Butler, sueño de Juan Manuel de Prada

Leo el artículo dominical que Juan Manuel de Prada hace sobre la fotografía que le sacó un novio a Fiona Butler a la núbil edad de dieciocho añitos. Busco la fotografía en internet, la imprimo a todo color en tamaño folio y se la regalo a un ser querido. Como dice Alfredo Bryce Echenique en una de sus mejores novelas (no recuerdo si era La Vida Exagerada de Martín Romaña o su continuación en El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz):

Imprima, no deprima.
En un rato termino el post.

10-Abril-2011



Como en esta canción de Bunbury, el raro Abril no sabe si salir o entrar, hoy lo hablaba con una compañera, que me decía que en Madrid siempre ha sido así, no ha habido una temperatura templada: o verano o invierno, calor o frío.
El Sábado, al igual que hoy y ayer, fue verano en Madrid. Verano de tórrida sementera para el verano mayor, que se avecina. Y en Mayo, veremos sacar los abrigos y las mantas.
Un verano prematuro e indignante. Gozamos de las terrazas, como si fuera a ser siempre así, sin darnos cuenta de que al torcer la esquina una amenaza de escarcha nos helará los pasos.
Pero todo es tránsito, ¿hacia dónde? Vendrá el estío y tendrá tu sexo, caliente y generoso, franco y sin hipocresías primaverales.
Lo que no quita para que éste de estos días sea un tiempo desquiciado y loco, un tiempo bipolar y sin medida, como desquiciada fue la obra que vimos este Sábado a la tarde,  La omisión de la familia Coleman, del argentino Claudio Tolcachir.
Un texto difícil con un humor negro que congelaba las sonrisas, aunque alguno se riera como si fuese la familia de Bill Cosby o de Los Serrano y no la familia Coleman. Un humor parecido a la marea que sube y te atrapa y no puedes salir.

Lo mejor, para quitarse el sombrero, las interpretaciones de cada uno de los actores del grupo de teatro Timbre 4, con mención especial al que da vida a Marito, sin duda el personaje más complejo, un insoportable loco o profeta, tan simpático.
Todos ahí son argentinos.
Yo de mayor quiero ser argentino.
Fuimos a verla al matadero, mira por donde. Vas a ver una matanza y te encuentras con salas de teatro cómodas y con azafatas que te cortan la entrada y hasta te sonríen. Los teatros del Matadero ..., aún se escucha el lamento de otros siglos, de marranos y terneras y carneros, o es que quizá se nos estaba muriendo el Verano así, tan de repente, en Primavera.
Igual, iremos al pueblo de matanza y veremos teatro.
Todo está confundido, la meteorología y la cultura.
Morcillas literarias y ternascos estivales, filetes de babilla como libros, actrices relindas que recitan con voz secreta del amor oscuro, ay balido sin lanas, ay, herida.


Ay voz secreta del amor oscuro

¡ay balido sin lanas! ¡ay herida!
¡ay aguja de hiel, camelia hundida!
¡ay corriente sin mar, ciudad sin muro!
(Federico García Lorca)
Y por hoy basta.

2 comentarios:

Hilvanes dijo...

Del doctor Chinarro, el amigo que me lo dió a conocer donde ya sabemos, a los pocos días me trajo el disco. Y por ahí anda el disco, esperando que este alma en pena le dedique un ratín...

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

Pues seguro que algo de pena le quita el sr. Chinarro, ya que sus letras son ricas en matices y muy originales.
¿Qué L.P. del grupo es?