miércoles, 4 de agosto de 2010
Simbolismo (XI). Uróboros o la pescadilla que se muerde la cola.
El detective Carvalho, gastrónomo de vocación, detestaba los huevos cocidos y las pescadillas de enroscar. En un caso en el que visita a un cura cenan eso, y él medita despreciativo sobre esa costumbre española de acelgas y pescadillas, llegando a la conclusión de que no es mucho más cara una lubina al papillotte, y que las acelgas saldrían de su hastío con pasas y piñones.
A mí todo eso me gusta, a mí me gusta todo, rutina o novedad.
Hace tiempo que no me ceno una pescadilla de enroscar, muy fritita al punto de sal y con chorrito de limón, crujiente bocadito.
Además, quien se come una pescadilla autofeladora se come todo un augusto símbolo, alquímico y cabalístico, la unidad de la materia y el espíritu, alfa y omega, muerte y regeneración... símbolo de lo total. El uróboros u ouroboros, serpiente o dragón, alimentándose de sí mismo, símbolo también del eterno retorno.
A mí me recuerda también al ave fénix, que surgía de sus cenizas. O al Ying y el Yang. O la isla del hombre y la mujer unidos en perpétuo amor y destrucción,
Yo tomé conocimiento del símbolo por El libro de los seres imaginarios, donde se mencionan a los íncubos y los súcubos, al monstruo soñado por kafka, a los elfos, a los gnomos, y a otras criaturitas que deambularon por los bosques del imaginario colectivo y por las pesadillas de literatos.
Quien tenga interés podrá echarle un vistazo también al Diccionario de Símbolos de Juan Eduardo Cirlot.
En un sentido negativo, el uróboros podría ser el círculo vicioso. O el pez que se muerde la cola. Y, ahora que en estos días estamos dando vueltas a Sabina, aquí va esta rumba que cantaba en La Mandrágora.
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7 comentarios:
Los domingos por la noche, y ese día era fiesta, en mi casa se comía, cuando se comía, pescadilla cocida con huevo cocido y mahonesa.
Estaba muy rico. Y era comida de ricos para pobres ...
Cómo han cambiado los tiempos...
El día que había pollo, también era día de fiesta.
Ahora nadie quiere pollo porque la carne del pollo industrial no sabe a nada, salvo que se le atiborre de especias ...
Decía el prólogo del ínclito libro que Usted menciona:
"Ignoramos el sentido del dragón, como ignoramos el sentido del universo, pero algo hay en su
imagen que concuerda con la imaginación de los hombres, y así el dragón surge en distintas
latitudes y edades", lo cual me recuerda que yo aún no he averiguado porqué se asocia el día de San Jorge con el libro, ya que estamos hablando del dragón...
otra vez su musiquita...y luego me dice que su blog no tiene música...
hablando de Sabina, la verificación de la palabra es: puthin
El pollo en casa era comida de Domingos, cuando íbamos con mi padre a comprar patatas fritas de churrería y sobres con soldaditos de plástico, después o antes de ver esos partidos de fútbol de ligilla de barrio.
Teníamos, más que envidia, sorpresa, de que en casa de unos primos que vivían junto al rastro comían con casera cola los domingos.
En casa de mis padres, de niños, ni siquiera los domingos, la cocacola y la fanta eran bebidas exclusívamente de cumpleaños y grandes celebraciones. Cuando hoy, ese tipo de cosas se beben como si fuese agua...
Eso del dragón es muy interesante, pero pasa con todo, el estudio de la mitología comparada, o religiones comparadas, dan muestra de un significativo nexo común en tramas y personajes. El diluvio universal, por ejemplo, no es cosa exclusiva del antíguo testamento, si no de las mitologías grecolatinas.
Dioses con rasgos comunes, héroes que parecen ser compartidos...
Mitos, cuentos, leyendas...
Por cierto, ¿alguien conoce la obra de Mirce Eliade? Lo que sí tengo es la obra de Max Müller.
Je, je... entre puthines y delibes tenemos a un cachondo proponiendo verificaciones de palabras.
En mi casa tampoco se bebían ese tipo de refrescos. Los zumos solo en caso de estar enfermita. Y solo hasta que mi madre escuchó en la radio que de zumo de frutas nati de plasti.
De ahí mi aborrecimiento a este tipo de bebidas: las asocio, ya que su valor nutritivo es bastante detestable (azucares y colorantes), a un gasto superfluo e innecesario.
Dónde esté un vaso de agua freskita...
Y así va la cesta de la compra: llena de envases y residuos reciclables...
Una porquería, vamos...
Ni tengo ni conozco ambas obras de...salvo que me esté fallando la memoria que ultimamente falla más de lo normal o de lo que sería deseable hasta tal extremo que en el día de hoy estoy bastante sorprendida (como Usted con la fanta) de mi misma...ay
El agua es la única bebida inprescindible, y junto con la cerveza es la única que quita la sed.
Estos dos autores, Elíade y Müler, los tengo por descubrir, pero todo se andará. Junto con Jung y otros muchos forman parte de esa trascendencia que lo que es a mí importa.
Por experiencia sé que todas las correspondencias tienen un sentido, pero no conozco el sentido.
Debo andar, a mis treintaisiete años, en sexto de EGB o primero de ESO, en el mismo corazón del laberinto, o alrededores. Claro que hablo de manera figurativa, el otro día soñé que estaba en mi centro laboral, y que por ahí estaban mis profezores de entonces.
Eso quiere decir que aún me queda mucho por aprender.
Eso quiere decir que me queda mucho por vivir.
Bendita ignorancia.
Nos somos aprendices, nunca maestros.
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