jueves, 21 de junio de 2012

Mi gran novela sobre la Vaguada, de Fernando San Basilio



Dejé a un lado mis lecturas comenzadas (Viajes con Herodoto, Trilogía de Nueva York ... ) todas ellas muy interesantes y edificantes, y me puse con Mi gran novela sobre La Vaguada, no menos interesante, no menos edificante. En unas cuantas horas se pasean ágiles los ojos, un par de horas el Lunes, otro par el Martes, tres el Miércoles. Luego me fui con un colega a ver Blancanieves. Hubiera preferido decir que nos fuimos de meretrices, o a beber cervezas hasta navegar la espuma, pero la honestidad es virtud en el bloguero de moda. Y yo, cuando miento, no es más que por verte reír. (link)
Sin embargo, ni la Kristen Stewart ni la  Charlize Theron nos enseñan nada. Dinero perdido. Hacía años que no iba al kinépolis. Hacía años que el kinépolis no venía a mí.

La Vaguada

Cuando era niño había publicidad de La Vaguada por doquier. Primeros de los 80: Naranjito, Tejerazo, ET, La Vaguada, Chanquete, Jomeini (sospechoso parecido entre estos dos), Pajares y Esteso (que no se parecían en nada pese a un mismo roll que lo que es a mí me dejó hasta el día de hoy sumergido en oleadas de un calor erótico irrefrenable). Etcétera.
Luego hice algunas pellas, ya por los 90, para ir a la sesión de la mañana. A ver Hook, el Capitán Garfio, por ejemplo.
También tenía un amigo en Cadalso que era de La Vaguada, muy heavy él, con el que pasaba largas horas contando chistes y bebiendo litronas y comiendo regaliz. También fuimos al cine de La Vaguada a ver películas basadas en novelas de Stephen King.
Luego aquí, los de Aluche, intimamos con unas chicas del Barrio del Pilar, que es como decir La Vaguada. Nos invitaron a las fiestas y vimos a Ella Baila Sola.
Luego ya superado el siglo XX, estuve trabajando un año y medio en mi oficio de cocinaca en una residencia junto a la calle Ginzo de Limia.
Mis últimas incursiones en el barrio han sido a partir de que uno de mis mejores amigos, después de casarse y tener hijos y subir en esta carrera de la vida como la espuma de la cerveza , se comprara un piso en La Ciudad de los Periolistos. No le visito mucho, pero cada tres o cuatro meses me dejo caer, o mejor dicho subir, y nos vamos por los pafetos de la zona a beber cerveza.
En la novela de Fernando San Basilio se bebe mucha cerveza. Proceso de identificación: afirmativo.

Fernando San Basilio, como su personaje,
cerveza en mano

Blancanitos y los Siete Enanieves

Pasaré a comentar de manera somera la peli disfrutada ayer.(link)
Terminada la película y encendido mi nuevo móvil android, me doy cuenta de que habrá una segunda parte: la Blanqui no sabe si casarse con el cazador o con el hijo del Duque. Así que lo de fueron felices y comieron perdices no se ve.
El relato de Blancanieves es interesante, simbólico, mágico, oscuro, da que pensar. De niño la bruja de la madrastra me atemorizaba en mis peores pesadillas. Hoy, interpretada por la Theron, se convierte en un sueño de lo más delicado.
Una mujer envejece y se mira al espejo: no se encuentra tan bella como antaño. Mira a su alrededor y ve a su hijastra adolescente y la odia por ello. Esto es Blancanieves.
Lo de los siete enanitos no sé a qué viene a cuento, la verdad, tendré que retirarme a meditar su significado simbólico.

La cerveza

El personaje de la novela que intentamos comentar hoy -si los siete enanitos que me acosan para que vaya a besar y resucitar a la virginal Blancanieves me dejan- bebe mucha cerveza, más que yo y Mario Vaquerizo juntos.
Mario Vaquerizo siempre sale, en la serie que comparte con Alaska, bebiendo cervezas. Él y sus amigos. Yo bebo mucha cerveza. Pero yo no puedo estar ebrio de cerveza a diario, yo necesito estar sobrio al menos un cuarto del día.
Duermo unas 6 o 7 horas. Total que me quedan unas 17. De estas, contando en que no trabaje -libro mucho porque los extras me los pagan en tiempo y no en dinero, y como cuando trabajo hago muchos extras, pues acumulo tiempo, es decir que, como me decía hoy vía e-mail un hermano mío, trabajas menos que el ángel de la guarda de los Kennedy- necesito estar atento y concentrado al menos doce, o hasta catorce. Leer ebrio no está bien. Escribir ebrio ... Hemingway esperaba a terminar sus taitantas palabras para darse al alpiste, y hay que tomar ejemplo de Hemingway, con el que me comparan a veces por mi cara de conmigotonteríaslasjustas. Un día estuve en Pamplona y me fotografié con Hemingway petrificado.
Estuve en Pamplona y me acordé de tí.
Alcoholizarse está bien, pero a ratitos.
Tampoco es que veamos a nuestro personaje en la novela que intentamos comentar bebiendo cerveza contínuamente. Busca trabajo y busca piso. Encuentra unas novias que se le quieren llevar al huerto y antes de saltar el muro le dejan fuera de. El huerto aquí es un no lugar. La Vaguada es un no lugar, territorio mítico. Eso ya se me había ocurrido a mí, pero con Aluche.
El personaje y yo. Mario Vaquerizo y yo. El personaje y Mario Vaquerizo. Tan distintos los tres.
Con la pasión común de la cerveza.

Mi gran novela sobre Aluche

Aluche, territorio mítico, microcosmos literaturizable.
Lo que yo escribo sucede un Aluche.
Una vez dejé una de mis novelas a unos amigos y uno de ellos dijo, y sigue diciendo cuando sale el tema:
-Sí, yo la leí, es como La casa de los espíritus, pero en Aluche. Tiene una escena porno que no sé cómo se le habrá ocurrido al David, ni en qué película la habrá visto. Todos montando a caballo girando alrededor de la marquesa y del miliciano mientras copulan junto a un arroyo.
Así de qué manera va a publicar algo uno algún día.
En algo no se confunde, y es en ese seudorealismo mágico, en Aluche. Territorio mítico.
Aluche nació conmigo, o casi. Yo me vine a vivir aquí en el 73, recién nacido. Era casi todo un páramo, o una llanura encharcada, o un desierto donde llovieron ideas como edificios.
Mario Vaquerizo, también
cerveza en mano.
Al igual que tantas cosas del cuerpo humano, se hace grande conforme te haces grande. Aluche se hacía grande al igual que ciertas partes de mi cuerpo.
La Vaguada y el personaje crecían igualmente, míticos. Proceso de identificación: afirmativo.

Bloomsday

Y diréis, pertinaces lectoras. Y lectores.
Os preguntaréis con la duda por sombrero.
¿De qué manera llegó la novela a sus manos?
Este Sábado celebramos el Bloomsday a nuestra manera.
Comimos opíparamente y nos sacamos fotos para la posteridad. Para la prosperidad del mundo y que tomen ejemplo las nuevas generaciones.
Dimos un buen repaso a la literatura desde sus cimientos. Literatura, territorio mítico, un no lugar.
Desde el Antíguo Testamento hasta nuestros días, es decir, Fernando San Basilio.
Dando un salto desde Faulkner y sus secuaces, que son legión.
Pensamos, dijimos: no hay ahora una generación de talentos, como aquella de las últimas que hubo, que hubo a mediados de siglo con los Aldecoa y los Martín-Santos. Gacría Hotelano, ¡oh, García Hortelano!
Pensé, les dije: hay que leer novela de hoy, no todo va a ser hallar sobre lo hollado. O viceversa: hollar sobre lo hallado.
Los pioneros se adentran en la espesura de lo desconocido. Como Blancanieves, que se encontró con siete enanitos.
Yo algo he leído de hoy. Los que asistimos a este Bloomsday de Chamberí, algunos, en los 90 leíamos, -tiempos de universidad-, algunos novísimos: Loriga, Mañas, Maestre.
Yo hoy leo algo, algunos novísimos. Algunos los he comentado aquí, otros me los callo. Otros me los como con patatas, me los trago con cerveza rubia espuma rubia espuma rubia rubia.
Uno se encoge de hombros, como que casi no le interesa lo que se publique hoy.
Otro me saca un San Basilio, Fernando, ya me lo mencionó hace meses, y se ha hecho adicto a él, al igual que yo, a partir de ayer que terminé Mi gran novela sobre La Vaguada, soy ya un adicto.
Este amigo mío conoce la obra de San Basilio no por casualidad: los dos son libreros, y si aquí se habla de la profesión de corrector, mi amigo también es corrector.
El otro amigo, el que más sabe de literatura pero pasa de los novísimos del hoy, ya está empezando a ser reconocido merecidamente. Es un Poeta. No diré nombres. Ya hablaremos de nombres, de la misión edénica del nombrar.
Yo te nombro a tí con tu nombre tan parecido a tí, que eres tú misma.
-¿Y de Joyce, qué dijeron?
-Pues lo de siempre, Joyce, Joyce ... Joyce y el Ulises. Pero sobre todo hablamos de Faulkner e Hijos S.L.
Faulkner, tan Antíguo Testamento, tan Boom latinoamericano, tan medio siglo XX hispano. Tan territorio mítico Yoknapatawpha, tan no lugar, tan La Vaguada y tan Aluche. Faulkner. Faulkner and me. Vaya par de S.L. Vaya par.
Y así es como leí a Fernando San Basilio.

Mi gran novela sobre La Vaguada

¿Y el comentario?

http://www.culturamas.es/blog/2010/06/25/mi-gran-novela-sobre-la-vaguada/

http://lamedicinadetongoy.blogspot.com.es/2011/06/mi-gran-novela-sobre-la-vaguada-de.html

http://latormentaenunvaso.blogspot.com.es/2010/07/mi-gran-novela-sobre-la-vaguada.html

http://www.diarioabierto.es/7051/mi-gran-novela-sobre-la-vaguada

Si queréis un comentario a gusto del consumidor, pedídmelo y os lo hago a vuestra medida.
Otra opción es pagarme un psicoanalista.
Cuando trabajaba cerca de La Vaguada, por aquel entonces yo, leía un libro de un autor nuevo, Rodrigo Muñoz Avia: Psiquiatras, psicólogos, y otros enfermos. Muy divertido. Luego se lo regalé a una amiga.
Por aquel entonces yo, cuando en La Vaguada yo ...




3 comentarios:

Hilvanes y Retales dijo...

Me acordaba yo ahora mismo sobre el realismo sucio (¿?) me parece que era asís ... siempre me atrajo tal generación y nunca la leí ... desde entonces, sino me falla, no ha habido una generación, se intentó con el bote nocilla, pero parece que no cuajó ... creo ...

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

Las generaciones es difícil que se creen voluntariamente, aunque digan que Ortega se inventó la del 27, y ahora que estoy otra vez con Vázquez Montalban, la Gauche Divine tenía voluntad de ser la izquierda sotisficada y salió bien el invento. Quizá fuera esta la última generación española reconocida, la de la Gauche Divine, con Gil de Biedma, los Moix, Gimferrer, Barral, Marsé, los Tusquets ... Luego están los que son en sí mismos una generación, como Umbral, como Miguel Hernández, como Cirlot. Vienen estos a reunir en sí mismos la memoria de una época y unas ideas y unas estéticas en sus literaturas.

Don Gua dijo...

interesantes experiencias psicoliterarias...me vi reflejado en algunas geniales frases miticas...soy un tipo que practica algunos ejercicios de la ontoescritura...te dejo mi link para que veas mis cronicas, y en particular "la caguada"...

http://cronicasdedongua.blogspot.com/2011/11/la-caguada.html




don gua