domingo, 30 de mayo de 2010

Mayomoribundia



Últimos días de Mayo, sin primavera aún, que pasamos del invierno al verano sin las añoradas brisas, sin sayos y sin chaquetas.
El último fin de semana ha sido largo y sin tiempo para la soledad, menos este Domingo en el que ha tocado leer memorables episodios bíblicos, desde el milagro de los panes y los peces en texto de San Mateo -qué necesitada de milagros nuestra economía-, el duelo entre el israelita tocayo y el filisteo Goliat -yo mismo lucho contra metafísicos gigantes día a día- y el episodio de la casta Susana acechada por los viejos verdes, en el libro del profeta Daniel, que tantos frutos ha dado en las artes pictóricas.

El Sábado a la tarde compré unos girasoles para regalar a la anfitriona que invitó a tomar café. Fue tarde de buenas nuevas y nuevas melancolías. En un balcón del Paseo de las Delicias fumaba yo y le comentaba a una amiga la necesidad de vivir entre el tumulto, en calles bulliciosas con paseantes, comercios y otras algarabías en potencia, que en cualquier momento pueden explotar en fiestas y carnavaladas.
Sí, salir un día y otro día al balcón y ver desfilar lo anónimo cotidiano, como el fragor de la noche en el momento de conciliar el sueño. No soporto el silencio absoluto, sin un maldito grillo que reclame mi atención. ¿O son las chicharras los hemípteros trastornos de la noche?
Para algarada la del parque Aluche, ayer a la noche. Nunca estuvo tan lleno el recinto, ya que tocaba el loco Loquillo con su banda de trogloditas rockeros.
La autenticidad, lo genuino, etcétera. ¿Se puede ser todo esto haciendo versiones? ¡Oh, sí, lo auténtico homenajea siempre aquello de lo que aprende!
Así hizo versiones de los Burning y de los Sirex. Y aquella de Johnny Cash que tengo entre mis preferidas, dado lo certero de su mensaje, siempre.
¡Por cierto, no conocía esta versión de póker de reyes!
Los Trogloditas tocaron algunas de las mejores, pero faltaron algunas de mis preferidas.
Tumbados en el césped, en contra de mi alergia, escuchaba todas, y luego saltaba cada vez que sonaba alguna de mis preferidas, como esta:



Este Domingo por la mañana, sin resaca alguna, escucho por la radio una entrevista a Sabina de la Cruz, viuda de Blas de Otero. Se edita un libro con poemas inéditos.
Blas de Otero es poeta social, como Celaya, batalladores del verso, ¿y cómo no iba a ser así, si ambos nacieron en los idus de Marzo? Los dos fueron mis primeros poetas preferidos, de adolescente, por la fuerza de sus versos que despertaban a la poesía a quien los leyera.
Blas de Otero fue de visita a la China de Mao para unos recitales, unas conferencias, lo que fuera. Cuando declaró que era cristiano, quisieron meterle en un psiquiátrico.
Lo que no sabía yo es que esta canción es un poema de Blas de Otero:



Como una cosa lleva a la otra, terminé la mañana escuchando canciones de Ana Belén en este invento del youtube, mientras limpiaba el polvo de los muebles, hasta llegar a esta maravilla que siempre pone la carne de gallina, ideal para los últimos días de Mayo.
Compré el disco Peces de Ciudad en los últimos días de Mayo del año 2001, y me recuerdo a mí mismo poniendo una y otra vez esta canción, sin dejar sentir el mismo escalorfrío, la misma melancolía:



Desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis sueños va ligero de equipaje
sobre un cascarón de nuez.
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.

Y cómo huir
cuando no quedan islas para naufragar
al país donde los sabios
se retiran del agravio
de buscar labios
que sacan de quicio.

Mentiras que ganan juicios tan sumarios
que envilecen el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad,
que perdieron las agallas
en un banco de morralla
que nadan por no llorar

3 comentarios:

HIlvanes dijo...

Independientemte de lo independiente y de cuánto se diga de la Gemio...tiene momentos en la radio memorables...el momento de leer Sabina de la Cruz el poema de Blas de Otero, y luego la Gemio repitir los últimos versos...capaz de arrancar al silencio más silencio...

No hay forma de ver el video...se corta...

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

Ese programa lo escucho a veces, pero reconozco que las entrevistas y personajes habituales tienen su miga. Dragó discutiendo con la Gemio, ¡extraña pareja!
Blas de Otero, uno de los grandes:
<>
La entrevista a Sabina de la Cruz fue emotiva

Blas de Otero dijo...

Hay que joerse, el blogger éste de los wevis on line se ha tragado unos versos de Otero en el anterior comentario. Eran estos:
"Yo, pecador, artista del pecado,
comido por el ansia hasta los tuétanos,
yo, tropel de esperanza y de fracasos,
estatua del dolor, firma del viento".