sábado, 3 de marzo de 2012

Operación Fausto (I): Fausto de Marlowe, y de Simon Breden





(La biblioteca de nuestro manicomio, siendo modesta es borgiana, más llena de posibilidades que completa. Aquí los libros no se escogen por un bibliotecario erudito y ecléctico, sino que llegan indiscriminadamente, aleatoriamente, sorprendentemente. Una terraza con vistas a nuestro jardín inglés ilumina la estancia.
Languidecíamos.)

Marqués de la Pollalzada: (kafkiano y con resaca) esta mañana hubo simposio de blogueros -reunión de pastores, oveja muerta-. No asistí. Por la noche, fui a un burdel. (link)

Salix Babylonica
(Salix Babylonica, sauce llorón, oh willow, willow, willow, bajo el que una fontana lo riega todo. Linfa. La Ninfa se baña provocadora, que no provocativa, por ver si nuestro poeta, en la cima abuhardillada de nuestro sanatorio -su torre de marfil, su celda de castigo, almohadillada-, mira y responde. Desde nuestro infierno escuchamos sus pisadas, en su cielo. La dulce y brutal condena de mirar el sauce, la fontana, Venus Calipigia.
Languidecíamos)

Príncipe de ArroyoLuche: (mequetrefe y risueño) esta noche tenemos teatro: Fausto de Marlowe, de Simon Breden. Como siempre desde el gallinero, por evitar la tentación cómoda y burguesa del patio de butacas, por la fascinación de la idea del suicidio y caer sobre las dos buenorras sobre las que moriré entre sendas piernas.

La Fontaine: (filólogo y jocoso) no nos cuadra la sintaxis, habrá que ver las piernas de las muchachas por ver si son sendas o senderos.

(¡Oh, musa! Emperatriz deja el baño y se acerca a la terraza. Mira hacia arriba la torre de marfil de nuestro genio, niño enfermizo y telúrico. Nos miramos a ella.
Languidecíamos)

Emperatriz: (diosa y desnuda) hoy es 4 de Marzo, cumpleaños de vuesa majestad, ¡oh, Príncipe! Ya vas por la edad en que las musas se retiran al amor de más tiernas cabezas y lozanos corazones.

Príncipe de ArroyoLuche: (zascandil y autocomplaciente) descuidad, que mientras nuestro poeta no crezca y siga muriendo de amores por vos, seguiremos con nuestros corazones lozanos y nuestras mentes jóvenes. Ved si no cómo Nuestra Erecta Majestad sigue empalmándose con el mismo vigor que un doncel amancebado, o cómo yo mismo sigo cabalgando el reino que un día será mío poniendo orden a todos mis súbditos enloquecidos , o cómo mi lugarteniente, Pasolosdíasvolviendomeloco, pasa los días volviéndose loco.

Pasolosdiasvolviendomeloco: (en penumbra) paso los días buscando en penumbra.

Venus Calipigia
Emperatriz: (Venus, calíope) ¡oh, pequeño Apolo de laureles adobado! La Saga/Fuga de JB, la reseña ya. Proyecto Fausto: reseñas del Fausto de Marlowe, del Fausto de Goethe, acaban de estrenar una película esperpéntica con el mítico y arquetípico personaje: reseña, reseña del de Mann, de todo lo que tenga un Mefisto entre las líneas, que no es poco, ya que toda biblioteca en cada libro tienen una proposición para condenar al más santito.

Pasolosdíasvolviendomeloco: (en el quicio de la ventana de la terraza, desquiciado) ser el lacayo me tiene sometido a una hiperactividad desmesurada, entre las juergas del príncipe y los lances amorosos del marqués no tengo tiempo, no oigo más que la musical voz de nuestro poeta musitando versos y muy bien quisiera yo pasarme las horas en su torre de marfil como su secretario mirándote a tí, buenorra, y transcribiendo sus versos como besos, pero de las orejas me coge el marqués y las jóvenes están muy ricas y no son demasiado caras y el príncipe y su dionisiaca labor para el mundo está más atenta al vino que al mundo y no hace mucho descubrió leyendo ensayos que el vino hace que los dioses se nos metan dentro, y así está él, endiosado de tantos dioses llamados Ribera, Rioja, Cariñena que ni el olimpo más ancho puede albergarlos y claro que la oscuridad de tanta hipocondria que les entra a todos con días de desazón y resaca pues no sé yo si voy a poder terminar todo el trabajo acumulado porque Nos nos comportamos como ciudadanos ejemplares y tenemos nuestro trabajo social y oficial y nos informamos de las modas y tendencias leyendo a los blogueros de moda que han hecho hoy una conferencia, gente erudita y sabia en lo suyo, y las páginas culturales de los periódicos de moda, que yo mira que tentado estoy de dejarlo todo y dedicarme a la lectura amena y fecunda y proteica de La Saga/Fuga que demediada la tenemos y cerrar la bitácora hasta poder hablar en serio y sin risa de los temas que compitan y de tanto hablar y tanta hiperactividad resulta que estamos aquí sentados, fumando, frente a Queritadora Amigátil, bebiendo cerveza y escribiendo la primera reseña del Proyecto Fausto, pues esta tarde estuvimos algunos amigos viendo la moderna representación que se hizo en los teatros del canal y lo pasamos muy bien en el gallinero el marqués no dejaba de mirarle las piernas a las burguesas de abajo y la acomodadora que le mostró el escote le regaló una taquicardia mientras que nuestro príncipe se impresionaba sobremanera con los endecasílabos y las interpretaciones y los numeritos musicales de Lujuria, Pereza, Ira, y demás capitales pecadillos y luego el gran logro de la representación que fue el de hacer que Mefistóteles fuese interpretado por varios actores y actrices para regocijo de la personalidad múltiple y posmoderna de nuestro príncipe y es que es el mal posmoderno de este personaje tan arquetípico y tentador que todo te lo ofrece con todas sus variantes y así como terminó aplaudimos con honestidad y agradecimiento, menos el que nunca aplaude, que dijo aquello de que había programas en la tele que le aburrían aún más mientras que el que organizó el evento, junto con su señora aplaudían a rabiar y rabiaba yo también porque mi amiga no pudo asistir pero merendamos bien a gusto vinos y quesos y dulces y montaditos y me regalaron un libro mefistotélico El Diccionario del Diablo de Ambroise Bierce que estuve leyendo luego en el autobús con el buen sabor dejado por la obra y si quieres una reseña en condiciones te vas a verla tú y te la comentas, que a mí no me pagan por reseñar, si no por soñar y resoplar me aplauden, las citas en latín que en el texto del libro de Cátedra están traducidas con sus anotaciones a pie de página no están traducidas en la obra representada, así pues el autor declamaba en endecasílabos que daba gusto y en latín paladino y no voy yo a reseñar ahora lo que tanto se han currado, vamos, creo yo que sería una falta de respeto, y ya está bien por hoy, y hasta la próxima. Y ahora quiero mi regalo de cumpleaños. Que si cuando yo nací sonaba en la radio aquella bella canción que habla de pájaros de nieve y nombres cerrados en el puño lo que me hizo ser un romántico empedernido (link), cántame ahora una canción magnética, aquí en mi cama, una del sauce bajo el que te bañas para inspirarme, como si fuera un sortilegio, ¡oh, musa, oh, hechicera!.

(Entra Emperatriz. Canta.
Languidecíamos.
Pero yo no.
Yo me volvía loco.)





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