jueves, 27 de mayo de 2010

Cariño, admiración, Amor Supremo (II). Repóker de Reyes

CARIÑO



Pero al fin
algo sí se cumplió
quien bien me quiso
sí que me hizo llorar
malditos refranes
no quiero escuchar más


Hace tiempo dediqué un post al Jazz en Libro de Arena llamado Cariño, admiración, Amor Supremo; en el que repartía estos sentimientos sobre diversos artistas: Louis Amstrong, Charlie Parker, y John Coltrane.
Hoy quiero hacer lo mismo con lo más florido del rock en castellano de las últimas décadas. Cada uno de ellos merece un post por sí mismo, otra vez será.
Un sentimiento fraterno es lo que me lleva a querer a Jaime Urrutia y Loquillo, y de esta manera hago mías sus canciones, en un proceso de identificación sanguínea.
Algo en las letras que componen y en las melodías con que acompañan sus textos, así como cuando cantan lo que otros compusieron. Da igual que sea en los grupos en los que triunfaron formando la historia musical de este país, o en solitario, ya que ellos fueron el alma de esas bandas.
Los Gabinete fueron lo más genuino que hubo en Madrid -con permiso de Los Enemigos-, y Jaime Urrutia, en su primer disco en solitario Castillos en el Aire, creó un disco redondo al que no dejo de dar vueltas.


Tambien me parece un disco redondo el Mientras Respiremos, de Loquillo y los Trogloditas. Loquillo no ha dejado su banda, este mismo Sábado tocan en las fiestas de mi barrio, asistiré ese concierto, sin duda.



Loquillo hizo grandes trabajos en solitario, importantísimos en amor de la buena poesía, como con este poema de Neruda que musicado por Gabriel Sopeña es el himno oficial de Manicomio, por ser una recreación poética del mito de Apolo y Dafne. ¿Qué es Manicomio, si no otra recreación alocada del mito?




ADMIRACIÓN



Estoy vencido porque el mundo me ha hecho así
no puedo cambiar
soy el remedio sin receta y tu amor mi enfermedad
Estoy vencido porque el cuerpo de los dos es mi debilidad...


Alguien tan fecundo y con canciones tan buenas como Calamaro tiene mi más completa admiración. Es como un neruda del rock, dada su fertilidad al traer tanto verso y melodía.
¿Qué genio ha podido componer una canción tan brutal y tan bella, tan extraña como Media Verónica?
La vida es una cárcel con las puertas abiertas...



De signo Leo -los reyes del zodiaco- como Enrique Bunbury, Santiago Auserón es el intelectual del rock patrio. Y uno de los músicos más inquietos, todo un perseguidor. Radio Futura fue, en su día, un grupo de canciones que no ofendían a la inteligencia, aunque trataran el amor adolescente:

Me parece que aquel día tú empezaste a ser mayor
me pregunto cómo te han convencido a tí
te dijeron que jugar es un pecado
¿o es que acaso viste en el cine algún final así?



¿Más razones para admirar devotamente a Santiago Auserón? Escuchen atentamente esta canción, No más lágrimas, ¡y en ese concierto estuve yo! Con fusión de Jazz, emparentándose con los de la primera parte de este post.



Amor Supremo



Con los Héroes del Silencio consiguió que me hiciera adicto de una droga muy dura: su música. No había día sin su dosis.
El espíritu del vino es un disco redondo, el más grande que se hizo nunca, en todos los lugares, el más grande de rock que se hiciera nunca. Es, como supondréis, una opinión visceral, personal. Todo un tesoro.
Me salvó de muchas cosas, este disco, como del asco que sentía por aquel tiempo, y de tantas penas.



Aun hoy Bunbury es una cura para tantas horas enfermas. Por eso su música, que no él -pedante, freakie, voz de lobo en celo, empalagoso- se merece el título de Amor Supremo.
Y, El tiempo de las cerezas, su mejor disco.
Ya estamos otra vez en Junio, mes de las cerezas.

Estar loco por solo
solo por loco






3 comentarios:

Hilvanes dijo...

Oiga, eso de frikie y empalagoso...no se lo perdono...que lo sepa...con lo bien que le estaba quedando...

Hilvanes dijo...

Decía Loquillo hace poco en la radio, que las mejores letras de Madrid, las ha hecho Urrutia...

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

¡Oh, perdónemelo! ¿No ve que adoro su música? No hay amor del bueno que no tenga un pelín de odio en el mismo paquete.
Y sí, Urrutia, Jaime Urrutia, es trovador de los madriles, como él ninguno hay.